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Cómo es viajar a la Antártida, contado por la periodista y escritora Valeria Schapira

Pasó trece días en el continente a bordo de un barco de expedición y le contó a VIVO247 su experiencia

[EXCLUSIVO DE VIVO247] ¿Se puede hacer turismo en la Antártida? Se puede. La periodista y escritora, Valeria Schapira, detalló su viaje al continente menos explorado del planeta. “Fue el mejor viaje de mi vida”, aseguró en diálogo privado con VIVO247.

Nacida en Rosario, licenciada en Comunicación Social, periodista, escritora y traductora de inglés. Cuenta y muestra detalles de sus viajes en la cuenta @viajosolaoficial en la red social Instagram.

Trece días y doce noches, fue el tiempo que duró el viaje de Valeria, más que suficiente para que se enamore de la Antártida.

“Me reencontré conmigo misma en la Antártida, en un viaje que ha sido el mejor de mi vida. Es un continente único, es virgen, es inexplorado y fue como un reencuentro con la naturaleza en su estado más puro, es algo distinto a todo lo que he visto. Tuve la suerte de viajar mucho y uno ya se sorprende con pocas cosas sinceramente, pero este viaje fue todo sorpresa”, señaló Schapira en diálogo privado con VIVO247.

El paseo que realizó comprende la Antártida y el Círculo Polar Antártico, uno de los paralelos, al igual que la Línea del Ecuador, que atraviesa la Tierra. La periodista y escritora, nacida en Rosario, señala que es un viaje que no se hace frecuentemente ya que, por año, solo dos mil personas del mundo cruzan el círculo polar y solamente 50 mil viajan a la Antártida.

“El viaje es completamente en barco, no hay lugares para alojarse allí. Solamente se puede descender en las bases, que generalmente son científicas y de investigación, y la mayoría de los países del mundo tiene una”, indicó.

Schapira realizó el viaje en el buque Ocean Atlantic de la empresa Albatros Expeditions. “No es un crucero de lujo, ni de gala, es de expedición, en el cual dormís y comés. Y cuando el clima lo permite, que para nosotros afortunadamente fue en el 90% de los días, descendés para ir a hacer las expediciones en un bote Zodiac, que son muy resistentes. Bajás en las islas y ves la fauna, siempre en territorios delimitados por los guías, porque la idea es ‘no dejar huella en el continente’, una de las premisas del turismo allá”, contó.

Pingüinos, ballenas y elefantes marinos fueron algunos animales que se cruzó Schapira durante sus exploraciones diarias.

Además, subrayó que la elección del destino de viaje no tiene una explicación racional, sino más bien emotiva: “Regresando de un viaje a Canadá, en el vuelo vi una película en la que la protagonista se va a la Antártida, a encontrarse consigo misma. El film se llama ‘¿Dónde estás Bernadette?’, y siento que me ocurrió algo parecido porque me reencontré conmigo misma”.

Por otro lado, recomendó el viaje para hacerlo en forma solitaria o en familia: “Cualquier persona que esté bien de salud lo puede hacer. Si es con niños, hay que tener en cuenta distintas cuestiones, como qué edad tienen y a qué están acostumbrados. Además, hay variables climáticas, pero conozco gente que ha ido con chicos y no tuvo ningún problema”.

“No es un viaje que revista enormes riesgos, aunque sí pueden exigir un seguro especial por lo aislado del continente. Yo no soy una atleta y lo hice sin problemas. Si te mantenés en los territorios delimitados, caminando con las botas de nieve que te dan, y equipados para el clima, las chances de que te ocurra algo son bastantes mínimas. En Argentina muy poca gente sabe que se puede hacer turismo en la Antártida”, afirmó Schapira.

Schapira especificó que, tras este viaje, el único continente que le queda pisar es Oceanía.

De todas formas, la periodista recordó que el momento más complicado del viaje es el estrecho de Drake, un tramo del mar donde confluyen los océanos Atlántico y Pacífico.

“Está muy expuesto a los vientos, tiene un recorrido largo y ha sido como el fantasma de todos los marineros del mundo. Igual, barcos como el que yo viajé, están muy bien equipados para andar y no es lo mismo cruzarlo como se cruzaba hace 100 años que con un barco de esta característica. De todas maneras puede moverse y se aconseja llevar medicamentos para los mareos“, puntualizó.

CUMPLEAÑOS 50 EN LA ANTÁRTIDA
”No fue casualidad, yo sentí que quería empezar los 50, que a mi criterio son una nueva vida, en un lugar con magia y este viaje coincidía que salía el 10 de febrero, cuatro días antes de mi cumple. Para más magia, el 14, estuvimos en Bahía Paraíso, que es una de las bahías de la Antártida donde está la base argentina Brown. No solo pude verla desde afuera, sino que había un sol que es muy raro que haya en ese lugar, fue un día hermoso”, rememoró.

PRÓXIMOS DESTINOS
Tras la aventura por la Antártida, ya piensa en un próximo destino o varios. “Me gustaría mucho conocer el Ártico, ir al Polo Norte. Después hacer los Países Bajos y los escandinavos como Finlandia, Suecia y, también, Islandia. Otro sueño que tengo es hacer el transiberiano, la red ferroviaria más grande del mundo en Rusia”, confesó.

Además, remarcó que le gustaría visitar Ucrania, el país de sus antepasados, y México, en el Día de los Muertos.

VIAJAR SIN COMPAÑÍA
“Viajar solo es desapegarse de todo lo confortable, es animarse, atreverse a salirse también de lo conocido en materia vincular. Este viaje fue mágico también porque conecté con un grupo divino, compartir con gente nueva, de otras culturas, animarse a preguntar, a pedir ayuda o a decir no sé. Si estás con un amigo, una pareja o un familiar, siempre todo queda en el ámbito de lo conocido, entonces esto te conecta con tu vulnerabilidad. Viajo sola hace más de 30 años, hay muchos que no se animan pero yo creo que es un viaje de ida, para cualquier género”, finalizó.

Imágenes por: Cortesía Valeria Schapira