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Advierten que quienes tuvieron COVID-19 requieren seguimiento médico y psicológico

Se midieron indicadores que encontraron malestar global, riesgo de trastorno mental y trastornos del sueño

Profesionales de la salud advirtieron que, debido a las secuelas que puede generar el coronavirus, es importante que los pacientes que tuvieron COVID-19 reciban seguimiento profesional tras el alta clínica.

Así lo afirmaron los especialistas que participaron de una reunión informativa de la Comisión de Salud de la Legislatura de Buenos Aires, la cual se realizó con modalidad virtual y se transmitió en vivo.

Se midieron indicadores que encontraron malestar global, riesgo de trastorno mental y trastornos del sueño.

Ricardo Allegri, jefe de Neurología Cognitiva, Neuropsicología y Neuropsiquiatría del Instituto de Investigaciones Neurológicas Raúl Carrea (Fleni), expuso sobre las “secuelas post COVID-19” relacionadas con “complicaciones neurológicas”.

Allegri se refirió a los “trastornos cognitivos post-covid que frecuentemente llaman ‘niebla mental’ y que se presentan en pacientes que manifiestan estar ligeramente distintos a como se encontraban antes de la enfermedad”.

Al respecto, afirmó que en el Instituto Fleni, para estudiar este cuadro, se seleccionaron “45 pacientes con estas características y 45 de controles sanos”. “En general, el impacto no es tanto sobre la memoria, sino sobre la atención”, dijo.

De la reunión también participaron Cristian Garay y Martin Etchevers, ambos profesores de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires (UBA), donde se realiza desde comienzos del año pasado un relevamiento sobre el “impacto psicológico de la pandemia” en la población general y en pacientes que tuvieron coronavirus.

El estudio contó con 10.149 participantes de todo el país y fue dividido en cuatro períodos a lo largo de 2020, con un primer corte en marzo -tras una semana de aislamiento social preventivo y obligatorio (ASPO)-; otro en mayo, tras ocho semanas de ASPO; y otros dos en julio y en octubre.

Entre los indicadores que midieron se encuentran el de “malestar global”, el de “riesgo de trastorno mental” y los trastornos del sueño.

“El índice más severo que tenemos es el de riesgo de trastorno mental, que creció de manera significativa en todos los períodos”, afirmó Garay, y mostró un gráfico para detallar que dicho indicador pasó de 4,86 -en marzo de 2020-, a 10,24 en octubre de ese año.

Etchevers, por su parte, apuntó que “se estima que el 80% de los pacientes” que tuvieron coronavirus “presentaron efectos a largo plazo, dentro de los cuales se incluyen ansiedad, depresión y trastornos obsesivo-compulsivos”.

Sin embargo, explicó que estos síntomas “pueden presentarse a partir de la enfermedad o ser preexistentes pero aumentar luego de padecerla”.

En este sentido, afirmó que la Facultad de Psicología de la UBA brinda, desde el comienzo de la pandemia un “servicio de asistencia a distancia para la población en general y para el personal afectado a la atención sanitaria”.

Diego Castagnaro, director de la carrera de kinesiología en la Fundación Barceló, dijo a su turno que luego de recibir el “alta clínica”, es “importante que los pacientes consulten con los médicos, ya que el proceso de recuperación no finaliza allí”.

Castagnaro recomendó a los pacientes recuperados que, con “seguimiento” de un profesional, retomen o comiencen alguna actividad física, y en este punto coincidió Etchevers, quien afirmó que el ejercicio contribuye a disminuir algunos síntomas, como ansiedad y depresión.

Imágenes por: 8Photo vía Freepik