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El presidente está cerca de un logro trascendental mientras busca apoyo para la Ley de Bases. Sin embargo, persisten desafíos en las negociaciones políticas. Los gobernadores de Juntos por el Cambio muestran disposición a respaldar el proyecto, pero mantienen reservas sobre ciertos puntos. El clima positivo en las reuniones no elimina la desconfianza hacia un gobierno percibido como imprevisible. ¿Qué implicaciones tiene el apoyo de los gobernadores para el oficialismo y la oposición?

El presidente se encuentra al borde de un logro trascendental tras la reunión con líderes de Juntos por el Cambio, que podría marcar el inicio de una nueva fase política. Sin embargo, tanto opositores como oficialistas están atentos al calendario electoral y al pulso de la opinión pública.

Los gobernadores de Juntos por el Cambio están dispuestos a respaldar el proyecto de Ley de Bases del Gobierno, pero desean asegurarse de los detalles antes de comprometerse. Aunque reconocen avances en temas cruciales como recursos para jubilaciones provinciales y obras públicas, persisten dudas sobre ciertos puntos.

El clima positivo en las reuniones lideradas por el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con la participación del jefe de Gabinete, Nicolás Posse, no elimina la desconfianza hacia un gobierno percibido como centralizado e imprevisible en sus decisiones. La opacidad en la toma de decisiones genera incertidumbre incluso entre los gobernadores.

“Como dijimos el jueves, el texto va estar esta semana. En estos días nos reuniremos con los gobernadores y referentes de los sectores dialoguistas que nos faltan y terminaremos de ajustar los detalles de la versión final. Queremos que la semana del 15 la traten en las comisiones de Diputados y, la siguiente, llegue al recinto”, explica uno de los principales funcionarios involucrado en la negociación con los jefes provinciales.

A pesar del optimismo moderado de algunos gobernadores que participaron en las reuniones, aún persisten dudas sobre ciertos puntos del proyecto. Sin embargo, la oposición dialoguista parece dispuesta a respaldar la iniciativa, especialmente después de los recortes realizados al texto original. Estos recortes, aunque significativos, son vistos como una oportunidad para justificar el apoyo y evitar nuevos tropiezos.

Por otro lado, los sectores más colaborativos enfrentan presiones internas y externas. Por un lado, necesitan asegurar el apoyo necesario para avanzar en el Congreso, pero también deben equilibrar sus posturas frente al plan económico del Gobierno y las demandas de sus votantes. Mientras tanto, los libertarios están enfocados en las elecciones legislativas del próximo año, lo que agrega una nueva capa de incertidumbre para los opositores que gobiernan territorios donde Milei ha ganado popularidad.

En medio de esta compleja situación, el aval de los gobernadores a la Ley de Bases podría beneficiar tanto al oficialismo como a los sectores opositores. Para el oficialismo, significaría un respaldo político clave y una muestra de su capacidad para construir consensos. Para los opositores, los recortes al proyecto original podrían proporcionar una justificación para su apoyo, mientras que el oficialismo demostraría una cierta flexibilidad y pragmatismo político.

En definitiva, el proceso de negociación está en marcha, con múltiples actores y agendas en juego. A medida que se acerca el momento de la votación, se espera que las tensiones y las presiones aumenten, pero también se vislumbra la posibilidad de un avance significativo en el panorama político del país.