Bryan Johnson, el multimillonario que busca ser inmortal
Con un tratamiento que incluye la ingesta de más de 100 pastillas diarias, el californiano Bryan Johnson quiere estirar su vida
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Con un tratamiento que incluye la ingesta de más de 100 pastillas diarias, el californiano Bryan Johnson quiere estirar su vida
Parafraseando el dicho que se popularizó luego de que Argentina saliera campeona del mundo en Qatar 2022, “el que es campeón del mundo hace lo que quiere…”, podríamos decir que “el que es multimillonario hace lo que quiere”. Sería, seguramente, una buena forma de definir lo que está intentando Bryan Johnson.
Se trata de un multimillonario de 46 años que vive en California que, tras haber fundado la empresa de procesamiento de pagos que Braintree en 2013, se la vendió a PayPal por unos U$S 800 millones. Previamente había estudiado en las universidades Brigham Young y en la de Chicago (negocios), se casó, tuvo tres hijos, cayó en depresión (asegura que tuvo sobrepeso y pocas ganas de vivir), se divorció y abandonó la iglesia mormona. Y, en 2014, dio sus primeros pasos en el proceso que lo trajo a su objetivo actual: invirtió 100 millones de dólares para crear OS Fund, un negocio que invierte en empresas que trabajan con inteligencia artificial para desarrollar nuevas terapias, diagnósticos y biología sintética.
En medio de esta travesía, el propio Bryan Johnson creó fundó Kernel, una empresa de neurotecnología que realiza desarrollos para detectar el deterioro cognitivo. Y desde allí surgió el plan del proyecto Blueprint, un exigente tratamiento de largo plazo con el cual se busca la “inmortalidad”.
Lógicamente, para un humano, vivir para siempre es imposible. Por eso, el objetivo de Johnson y el equipo que trabaja junto a él es mantener baja lo que llaman la “edad biológica” de su cuerpo para tratar de que el magnate pueda vivir 200 años.
Concretamente, el californiano vive monitoreado por 30 médicos y sigue dietas y rutinas absolutamente estrictas, las cuales incluyen la ingesta de 111 pastillas diarias, el consumo de jugos con polifenoles, múltiples tratamientos con láser en todo su cuerpo, exigentes actividades físicas y ocho horas de sueño al día.
Todo el “circo”, por supuesto, tiene su precio: el protagonista de la historia invierte U$S 2 millones al año para montar toda esta estructura.
Lisa y llanamente, el cuerpo de Johnson está constantemente monitoreado. Sí: las 24 horas de los 365 días del año. Por ejemplo: el millonario debe usar una gorra que le dispara una luz roja al cuero cabelludo, sus heces se recolectan cada vez y, cuando duerme, lo hace con un dispositivo en el pene para monitorear sus erecciones nocturnas.
Varios de sus parámetros actuales dan como resultado que su cuerpo, en lugar de 46, tiene 18 años.
Cada día, al levantarse (religiosamente a las 5 de la mañana), se pesa y mide su masa corporal, su nivel de hidratación, su grasa corporal y su velocidad de onda del pulso. Reestablece su ritmo cardíaco parándose frente a una lámpara de fototerapia durante tres minutos, se mide la temperatura del oído y arranca a tragar píldoras.
La parte estética también juega su papel: Bryan Johnson se lava su cara, usa una crema para prevenir las arrugas y usa un láser con luces rojas y azules para el crecimiento del colágeno y el control de las imperfecciones. Luego se coloca gotas para los ojos para sus pre-cataratas y un dispositivo vibratorio en la nariz que sirve para la estimulación de un nervio que ayuda a la producción de lágrimas.
En la rutina alimentaria hay un jugo de algas verdes, chlorella en polvo con espermidina, un complejo de aminoácidos, creatina, péptidos de colágeno, flavanoles de cacao, canela de Ceilán, vegetales al vapor, lentejas pisadas, budín de nueces hecho con leche de nueces de macadamia y nueces molidas de Brasil como postre, semillas de chía, linaza, lecitina de girasol, y jugo de granada. Además, hay ingredientes como cúrcuma, pimienta negra y raíz de jengibre para las enzimas hepáticas.
La rutina de ejercicios de Bryan Johnson incluye una hora de correr, hacer pesas, planchas y estiramientos. Tres veces a la semana hace un entrenamiento de alta intensidad.
Como se ve, le saca jugo a la inversión anual de 2 millones de dólares. ¿Llegará a vivir 200 años? Desde aquí, sólo un consejo: por favor, cuidado al cruzar la calle.
Imágenes por: Cortesía