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Coca-Cola anunció una inversión multimillonaria para adquirir el porcentaje restante de BodyArmor con lo que planea salir a competirle con fiereza a Gatorade, el líder indiscutido en el mercado de bebidas deportivas. En 2018 compró el 15 por ciento de la marca que se fundó hace una década y ahora tiene el control total.

La transacción se cerró a cambio de 5.600 millones de dólares, por lo que el gigante de la gaseosa más conocida del mundo se quedó con el resto de la propiedad a inversionistas que incluyen al cofundador y presidente, Mike Repole, que junto a su equipo de liderazgo permanecerán en sus cargos y trabajarán con la firma estadounidense en otras áreas de su cartera de bebidas no carbonatadas.

BodyArmor cuenta con el respaldo y el poder de marketing de deportistas profesionales, como el beisbolista Mike Trout, el jugador de baloncesto James Harden y golfista Dustin Johnson. Asimismo, la compañía era en parte propiedad del fallecido Kobe Bryant, que se convirtió en uno de sus principales accionistas en 2013. “Si no fuera por la visión y la creencia de Kobe, BodyArmor no habría podido alcanzar el éxito que tuvimos. No podría estar más emocionado de formar parte de la familia Coca-Cola y poner nuestra mirada en el futuro”, aseguró Repole.

No es casualidad la incursión de la firma que nació en Atlanta, Estados Unidos, en 1892, en el mercado de las bebidas deportivas. Ya son parte de su propiedad Powerade y Aquarius, y ahora con esta compra, la más grande en toda su historia, se posiciona decididamente en el segundo lugar en este ámbito solo por detrás de Gatorade. BodyArmor, fundada en 2011, tiene actualmente ganancias de más de 1.400 millones de dólares en ventas al por menor.

Repole será hombre de constante consulta y se lo respeta mucho como creador de tres bebidas: Vitaminwater, Smartwater y Energy Brands, que ahora también forman parte del catálogo de la multinacional estadounidense.