¿Comer en un globo aerostático? Ahora es posible en Países Bajos
La empresa CuliAir Skydining de la prestigiosa chef Angélique Schmeinck te permite comer en un globo aerostático
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La empresa CuliAir Skydining de la prestigiosa chef Angélique Schmeinck te permite comer en un globo aerostático
Si no te dan vértigo las alturas y estás abierto a nuevas experiencias, tu próximo viaje a Países Bajos no debería dejar de incluir un ítem tan llamativo como increíble: comer en un globo aerostático.
Este plan es ofrecido por la empresa CuliAir Skydining, la cual fue creada por la prestigiosa chef holandesa Angélique Schmeinck, una “veterana” de las cocinas que trabajó 25 años para distintos restaurantes (12 de ellos en De Kromme Dissel, ganador de una estrella Michelin) y escribió varios libros culinarios.
En 2003, esta chef maestra holandesa (una de las apenas dos que tienen ese mote en el país) quiso dar un paso que hasta ese momento nadie había dado y decidió abrir su propio restaurante, pero en los cielos. La idea fue preparar platos gourmet cocinados directamente con el fuego de los globos aerostáticos y brindar una experiencia inexistente en cualquier otra parte del planeta.
La idea apareció tras considerar que las temperaturas de los globos, al elevarse, paulatinamente llegan a los 100 ºC, lo que permite cocinar casi cualquier tipo de platos allí, desarrollando aromas y conservando sabores.
Así, en cada globo de CuliAir Skydining hay un sistema de poleas que transporta los platos dentro de una cesta de acero especial hasta la parte donde hay más calor. Cuando están cocidos, Schmeinck y su equipo les dan los últimos toques de decoración antes de servirlos.
En estas dos décadas, ya se realizaron más de 700 vuelos con 7.000 personas que querían saber lo que se siente comer en un globo aerostático.
Quienes deseen – y se animen – a adentrarse a esta aventura, deben saber que dura, en total, unas cinco horas, incluyendo una recepción en la zona de despegue del globo, el viaje con la comida y una celebración con postre y champagne tras el aterrizaje. El tiempo en que los comensales están en el aire es de aproximadamente una hora y media.
Si bien, habitualmente, viajan 10 personas por vuelo, Schmeinck llegó a conectar tres globos en el aire, lo que le permitió cocinar para 50 personas.
Como entrada, uno puede encontrar zanahoria fermentada y diferentes platos de mar. Luego siguen mejillones holandeses, langosta con vinagreta de maracuyá y verduras del mar. Como segundo plato, lubina salvaje, la cual se cocina durante 40 minutos en el viaje y se sirve con una bullabesa madura de 12 años. El tercer plato se puede elegir entre un pato pequeño, una pintada o un venado con champiñones y vegetales.
Durante los platos principales, el piloto sabe que debe mantener el globo quieto par que los comensales puedan disfrutar más aun del momento.
A futuro, la chef creadora de la idea quiere llevar CuliAir a más países y, por qué no, llegar a ganar una estrella Michelin por su trabajo.
Quienes quieran vivir la experiencia de comer en un globo aerostático, deberán gastar 475 euros. Las épocas del año más recomendadas para hacerlo son junio, agosto y septiembre.
Imágenes por: Cortesía