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Mientras algunos luchan por llegar a fin de mes, otros se aferran a sus billetes verdes como un salvavidas para los gastos cotidianos por la la crisis económica en Argentina. ¿Cómo la gestión del Gobierno contribuye al colapso financiero de la clase media?

La agonía de la clase media argentina

La ilusión de unas vacaciones y celebraciones festivas parece haber desaparecido para la clase media argentina, inmersa en un torbellino económico que ha llevado a muchos a desprenderse de sus ahorros. Aquellos que anteriormente disfrutaban de un alivio financiero ahora se encuentran ante una realidad implacable, viéndose obligados a liquidar sus ahorros para hacer frente a los gastos diarios en medio de una inflación desenfrenada.

En las interminables filas de las casas de cambio, se observa a individuos que cambian sus dólares para cubrir el déficit dejado por salarios que no logran mantener el ritmo de la inflación. El valor del dólar no oficial, que alcanzó su punto máximo en enero a 1.300 pesos, ha disminuido a 1.160 pesos, dejando a quienes compraron en enero en una posición de pérdida.

Los testimonios dan un panorama desolador. Lo que solía ser un tiempo para vacaciones y pequeños placeres ahora se traduce en la venta de dólares para hacer frente a las facturas de servicios, educación y salud. La incertidumbre se apodera de la clase media, que se ve obligada a ajustarse a una realidad que ha llegado de manera abrupta.

Los relatos de la clase media revelan la cruda realidad de enfrentar aumentos exorbitantes en los costos de alquiler, seguros, impuestos y servicios esenciales.

La gestión del Gobierno, acusada de congelar asignaciones presupuestarias y recortar subsidios esenciales, deja a la clase media sin recursos suficientes. La venta masiva de dólares refleja una crisis no solo de ingresos, sino también de actividad económica. La clase media, asfixiada por las decisiones gubernamentales, se ve obligada a sacrificar su bienestar para mantenerse a flote.

El presidente Milei, en lugar de mostrar empatía, comparte con aparente satisfacción un artículo que describe cómo los ahorradores venden dólares para “llegar a fin de mes”. ¿Es esta la respuesta adecuada de un líder ante la angustiante realidad de la clase media?

El futuro del dólar se ve amenazado por la caída de la clase media y las pequeñas y medianas empresas, que también están desprendiéndose de sus ahorros para sobrevivir al aumento de tarifas. La brecha cambiaria podría ampliarse nuevamente cuando los importadores busquen obtener nuevos dólares y se liquide la cosecha de soja entre marzo y mayo.

La crisis de actividad económica se cierne sobre Argentina, con proyecciones de recesión y un aumento del desempleo. ¿Hasta cuándo la clase media continuará vendiendo sus dólares mientras el Gobierno parece mostrar indiferencia hacia su sufrimiento?