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¿Cuál será el futuro de los cajeros automáticos y qué alternativas hay?

El uso de cash es muy elevado, pero retirar billetes de un cajero es cada vez más complejo, son usados por todos, pero casi nadie paga con ellos

Los pagos electrónicos crecen a pasos agigantados en el país: 450 millones de operaciones se realizaron en noviembre, contra las 208 millones de igual mes de 2019. Pero los argentinos todavía tienen una gran predilección por el uso de efectivo, a pesar de que extraer billetes de un cajero puede resultar complejo: la penetración de unidades por habitantes es baja, los que hay muchas veces no están en condiciones o no tienen dinero, y los topes de retiro fijados por los bancos no alcanzan para satisfacer las necesidades de cash de los usuarios.

Para la Asociación de Bancos Argentinos (ADEBA), la razón por la que en el país hay un uso desmesurado del cash es multicausal. Además del alto grado de informalidad, destaca otras causas:

Impuestos al cheque

Retenciones y percepciones de Ingresos Brutos, IVA y otros tributos

Limitada educación financiera

Desde la entidad señalan que “En marzo 2022 se extrajeron de los cajeros automáticos del sistema $900.000 millones. En tanto, los retiros por ventanilla en sucursales sumaron otros $600.000 millones. Esto equivale a 1.500 millones de billetes de $1.000, tan sólo en un mes”.

Y añaden que, “para tener una idea de la magnitud de estas cifras, basta mencionar que, con los billetes extraídos de bancos y cajeros, se podrían llenar 1,5 piletas olímpicas con billetes de $1.000, con un peso de 1.500 toneladas”.

Ignacio E. Carballo, director del Ecosistema Fintech UCA y Head of Alternative Finance en AMI (USA), indica  que cinco años atrás quienes usaban solo efectivo eran los del sistema. Actualmente, el 98,5% de la población adulta es titular de una cuenta bancaria.

“Es difícil mensurar el verdadero rol del cash en la economía. Sin embargo, a pesar de resultar aún muy elevado, en 2022 el 42% de los pagos se hacía en efectivo, y ahora está bajando”, advierte.

Jorge Larravide, especialista en Tecnología y Medios de Pago, explica que, a medida que crecen exponencialmente los distintos medios de pago electrónicos, especialmente en las Transferencias 3.0 y el QR Interoperable, se da este retroceso en el uso del “cash”, ya que permite pagar desde cualquier billetera digital sin importar el código que tenga el comercio.

“Hoy, abonar con QR es algo cotidiano. En Argentina, uno de cada cuatro pagos con transferencia se realiza mediante el uso de estos códigos”, añade.

Los argentinos a veces sufren una “misión casi imposible” al intentar sacar efectivo de un cajero, por ejemplo, para saldar el alquiler. Las razones son varias:

Los topes de extracción diarios son insuficientes (hasta $39.000, según la entidad), por lo que deben volver al día siguiente o conseguir efectivo por otra vía

La falta de billetes de mayor denominación, que no solo es una molestia sino que encarece el costo operativo de la actividad financiera

Larravide explica que Argentina tiene cerca de 18.000 cajeros, es decir, uno cada 2.630 habitantes, ubicándose detrás del promedio de:

Latinoamérica: un cajero cada 2.100 personas

Europa: uno cada 1.300

América del Norte: uno cada 700

Según el experto, “para saber hasta dónde debe crecer la cantidad de cajeros en un país, conviene verificar el total de transacciones promedio mensuales por terminal”.

“La Argentina tiene cifras muy elevadas: un cajero automático con alto volumen procesa unas 16.000 transacciones mensuales, cuatro veces más que en España (4.000). Este dato se toma como indicador de que se requiere la instalación de otra terminal en la misma locación”, completa.

Juan Boubee, director de la red de cobros extrabancarios RIPSA, detalla que el costo de reponer dinero es muy elevado, entre otras cosas, por el gasto de contratar camiones de caudales. Y comenta que “Si le sumamos la alta inflación y la existencia de billetes de baja denominación, esto genera que la reposición sea continua y lo convierte en algo imposible de realizar”.

Larravide suma que la Argentina podría duplicar o triplicar la cantidad de terminales seǵun la zona, pero la diferencia con otros mercados es que el 85% de las transacciones son gratuitas: la norma establece que las operaciones en una cuenta sueldo, de un jubilado o pensionado o un beneficiario de plan social no tienen cargos.

“Solo un 15% de los usuarios pagan sus extracciones, prácticamente todos operan gratis. Este modelo claramente no alienta a que un banco invierta en más cajeros automáticos”, asegura el experto.

Las complicaciones asociadas al uso de cajeros, sobre todo a la hora de sacar cash, abren un interrogante sobre cuál será el rol de estas terminales en el futuro.  Larravide opina que la expansión de estos equipos podría ser reemplazada por el uso de tecnología del lado del usuario final, especialmente las apps bancarias y las billeteras digitales.

“Hay una cuestión en relación a la distribución geográfica y necesidad de contar con cajeros automáticos, que llevó a la implementación de otros modelos de negocio como las terminales no bancarias que se instalan en comercios y estos se encargan del aprovisionamiento del efectivo”, explica.

Añade que así los usuarios pueden extraer efectivo en puntos de recaudación extrabancaria como Rapipago o Pago Fácil, y también en comercios como supermercados, farmacias o estaciones de servicio, que lo utilizan como un mecanismo para reducir efectivo y la cantidad de viajes del transporte de caudales.

Algunas cadenas a nivel nacional como Carrefour, Cenco, Libertad, Coto, YPF, McDonald’s, Farmacity, La Anónima, Walmart, Jumbo y Axion ofrecen la posibilidad de obtener efectivo cuando realizan una compra. Además, en la página del BCRA se indica el listado de comercios para retirar cash según el tipo de tarjeta de débito.

No sólo eso: hasta Mercado Pago permite extraer cash en supermercados, estaciones de servicio y comercios adheridos. Para ello, hay que tener dinero en la cuenta virtual y escanear el QR, sin la necesidad de una tarjeta.

Carballo asegura que las terminales no caerán en desuso, más bien serán complementarias a otras alternativas de extracción y se convertirán en cajeros inteligentes. “Lo que sí está muy claro es que la industria extrabancaria brinda un servicio mucho más eficiente”, resalta.

Imágenes por: Cortesia