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La reciente eliminación de las SIRA ha desencadenado un cambio significativo en el flujo de vehículos y piezas en Argentina. No obstante, la apertura total de importaciones también está redefiniendo el panorama del mercado automotriz en el país. A pesar de la capacidad actual de importar modelos a discreción, los aranceles del 35% y el 17,5% de impuesto PAIS aún actúan como protección para los vehículos nacionales o regionales.

Hasta hace poco, importadores se enfrentaban a limitaciones que restringían la disponibilidad de modelos. “Sólo podemos ofrecer este modelo porque los de más alta gama están en el puerto. Nos dejan sacar tan pocos autos que tenemos que traer los que se venden más por su precio”, lamentaba un importador a finales de 2022, reflejando la frustración común entre los actores del mercado.

Estas trabas obstaculizaron el mercado automotriz durante los últimos dos años, exacerbándose en los últimos seis meses. Incluso los fabricantes argentinos con plantas en el país enfrentaron problemas similares. RAM, por ejemplo, anunció en diciembre del año pasado la llegada de la versión Rebel, pero su entrada se pospuso hasta octubre debido a acuerdos con el Ministerio de Economía para el programa “Precios Justos”.

No obstante, con la desaparición de las SIRAs y la apertura completa de importaciones desde el 26 de diciembre, se ha generado un alivio en el sector automotriz. “Ahora sí, vamos a poder programar un año de lanzamientos con algunos productos muy interesantes”, señaló un ejecutivo de una terminal, insinuando expectativas de novedades para el 2024.

Este cambio es el resultado directo de la eliminación de las SIRAs y la apertura ilimitada de importaciones, recibiendo una respuesta positiva de todos los actores del mercado automotriz. Ahora, tanto importadores como fábricas podrán diversificar su oferta con un portafolio más amplio de modelos.

Sin embargo, persiste un obstáculo: los aranceles. Aunque la entrada de unidades del Mercosur, especialmente de Brasil, estará más fluida debido a tributaciones menores, los autos importados de regiones fuera del Mercosur seguirán enfrentando aranceles del 35%. Se espera una posible reducción en el arancel del 20% para el 2025, lo que podría equilibrar la competencia con los vehículos regionales.

En este escenario, los ganadores proyectados para el 2024 son quienes importan autos accesibles de Brasil o México, los de alta gama de Europa y Estados Unidos, y los importadores de autos chinos, este último, a pesar del arancel del 35%. BYD, el primer fabricante asiático que instala su fábrica en Brasil, pretende impactar en esta nueva dinámica del mercado.

La desregulación de importaciones ha traído una ola de cambios al mercado automotriz argentino, y mientras las expectativas de nuevos modelos crecen, el tiempo revelará la verdadera magnitud de esta transformación.