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Tras varios meses de parate por la pandemia de coronavirus y la polémica por no saber si continuaba abierto el lugar o la permanencia de los trabajadores, vuelve a abrir este sábado el Acuario de Rosario.

En este Centro Científico, Tecnológico y Educativo ubicado en la zona norte de la ciudad se puede apreciar la amplia biodiversidad del Paraná. El Acuario fue inaugurado en 2018 en avenida Carrasco y Cordiviola.

El lugar que cuenta con más de dos mil ejemplares de peces cuenta con varios sectores. Tiene un parque que rodea el edificio, un centro de investigación de la fauna, 10 peceras y juegos interactivos en 3D para los visitantes. Además, cuenta con un espacio auditorio para 100 personas.

Entre los diferentes tipos de peceras en las salas de muestras, se destacan dos tubos cilíndricos (de tres metros de diámetro) con fondo acrílico visible desde el área de acceso en el exterior del edificio.

En la planta de acceso se ubican los laboratorios; las áreas de experimentación; piletones en tierra; biblioteca especializada; áreas administrativas, técnica y de servicios.

En estos dos años, el Acuario se transformó en un espacio no solo para la observación y la recreación, sino también para la generación de conocimiento científico, la divulgación pedagógica de la biodiversidad autóctona y la toma de conciencia en el cuidado del medio ambiente. Desde su aperturas pasaron por el lugar más de 300 mil personas.

Ahora, desde este sábado a las 13 vuelve a abrir las puertas con protocolos que incluyen la capacidad del 30%, y para los visitantes pasar por un proceso de sanitización. Desde el Acuario aseguran que la reserva de turno online se habilitará más adelante.

CENTRO CIENTÍFICO, TECNOLÓGICO Y EDUCATIVO
El Acuario del Río Paraná fue una iniciativa de política pública de promoción científica y apropiación social del conocimiento, emblemática y de alto impacto en la conservación de los recursos naturales y el desarrollo sustentable del ecosistema del humedal del río Paraná.

Además, es un proyecto insignia con el que se busca sentar bases para pensar un futuro sustentable, resolviendo problemáticas regionales que afectan al río y su humedal.

Al mismo tiempo, intenta promover una cultura ecológica socialmente responsable que respete y preserve su ecosistema y medio ambiente en la dinámica económica, social y cultural de la ciudad y la región.