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Dolarizar la economía como lo planto en campaña el electro presidente Javier Milei, implica adoptar el dólar estadounidense como moneda oficial, sustituyendo al peso argentino.

Esta medida ha sido aplicada en diferentes países como Ecuador y El Salvador, donde se busca estabilizar la economía y generar confianza en los mercados internacionales. Sin embargo, implementarla en Argentina podría plantear desafíos considerables, dado el contexto económico y social del país.

Milei, el presidente electo con mas del 55% de los votos, conocido por sus posturas radicales en términos de desregulación y liberalización económica, aboga por la dolarización como un camino hacia la estabilidad monetaria. Sin embargo, esta propuesta está enlazada a un conjunto de ideas que van más allá de la política monetaria.

El flamante presidente también ha defendido la idea de prohibir el aborto y desmantelar el Estado social, cuestionando los consensos alcanzados en materia de derechos humanos luego de la dictadura.

Asimismo, ha propuesto desregularizar el mercado legal de armas de fuego, generando una fuerte polémica en un país que ha experimentado períodos de inestabilidad política y social. De todas formas y mas alla de las críticas recibidas por una parte de la sociedad, ha sido electo presidente el pasado 19 de noviembre, y la pregunta que todos se hacen es si, finalmente, realizará dichas propuestas en el corto plazo.

Aunque la dolarización puede ser vista como una opción para estabilizar la economía, las implicaciones sociales, políticas y económicas de tal medida necesitan un análisis detallado y una discusión amplia y participativa. La historia y las realidades de otros países que han adoptado esta política ofrecen lecciones valiosas sobre los posibles resultados y desafíos que podría enfrentar Argentina en caso de considerar seriamente esta opción.

Ejemplos cercanos: La economía de Ecuador y El Salvador, si bien comparten algunos rasgos similares en términos de su estructura y desafíos, tienen particularidades distintas en cuanto a su funcionamiento y dinámica.
Ecuador cuenta con una economía principalmente basada en la exportación de petróleo, lo que la hace susceptible a los vaivenes de los precios internacionales del crudo. Además del petróleo, otros sectores importantes son la agricultura (especialmente el banano y las flores), la pesca y el turismo.

Dolarización: Desde el año 2000, Ecuador adoptó el dólar estadounidense como su moneda oficial, lo que ha generado cierta estabilidad en términos de inflación y ha reducido la volatilidad cambiaria, pero también ha limitado la capacidad del país para ajustar su política monetaria.

Desafíos Económicos: A lo largo de los años, Ecuador ha enfrentado desafíos económicos relacionados con la deuda externa, déficits fiscales y dependencia de la exportación de materias primas. La pandemia de COVID-19 exacerbó estos desafíos, causando una contracción económica y un aumento del desempleo.

Por su parte, en Ecuador la economía salvadoreña se basa en una combinación de agricultura, servicios y remesas. El país tiene una importante industria de servicios financieros y call centers, así como un sector agrícola que incluye la producción de café, caña de azúcar y productos textiles.

Dolarización: Al igual que Ecuador, El Salvador adoptó el dólar estadounidense como su moneda oficial en el año 2001. Esto ha brindado cierta estabilidad en términos de inflación, aunque también ha generado limitaciones en la política monetaria.

Desafíos Económicos: A pesar de la estabilidad del dólar como moneda, El Salvador enfrenta desafíos económicos, incluyendo altos niveles de pobreza, desigualdad social, bajos niveles de inversión y problemas de seguridad que pueden afectar la actividad económica.

Ambos países tienen sus propias características económicas y desafíos particulares, pero la adopción del dólar como moneda común ha sido una constante importante en la gestión de sus economías, con impactos tanto positivos como limitantes en su desarrollo económico.