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El desafío de dejar de fumar: precio de los fármacos y cómo actúan

Si bien cada vez más argentinos alcanzan la meta de dejar de fumar, el país sigue estando en la cima del ranking de fumadores en la región

Que dejar de fumar es una tarea difícil, no es ninguna novedad. Un reciente estudio de Wiri Salud, realizado en 2.149 personas fumadoras, concluyó que el 70% logró dejar atrás el cigarrillo, pero luego retomó el hábito; el 30% de los encuestados asegura que lo intentó al menos cinco veces, pero la mayoría no logró cortar la adicción.

Si bien la terapia psicológica, la actividad física o un plan estricto de alimentación pueden ser prácticas efectivas para abandonar la nicotina, un buen número de las personas que efectivamente pudieron dejar de fumar, lo hizo a través de medicina. Pero, ¿cuál es las más efectiva y cuánto cuesta?

Diego Sánchez Gelós, coordinador del Programa de cesación tabáquica del Hospital de Clínicas de la UBA, comentó en una entrevista con iProfesional que los mejores métodos medicinales que existen en Argentina son el bupropión (comprimidos), los parches y los chicles. Previa consulta con un profesional, los tres métodos pueden, incluso, usarse de forma combinada.

Yendo a los precios, y comparando con los valores actuales de los cigarrillos, gastar en fármacos para dejar de fumar demanda prácticamente el mismo dinero que comprar cigarrillos. Veamos: dependiendo de las marcas, un paquete de 20 unidades ronda los $600, es decir, una caja cada dos días genera un gasto de algo más de $15.000 mensuales; los parches, que vienen en cajas de 21 unidades y se deben usar por dos meses, cuestan $15.000; el bupropión, dependiendo de la marca, está entre $15.000 y $19.000.

Según Gelós, quienes recurren a la ayuda profesional para cortar el hábito, lo logran en un 36% de los casos.

El consumo, a la baja

A pesar de la situación mencionada, hay una realidad innegable: el consumo de tabaco a nivel mundial está bajando desde hace mucho y basta con caminar por cualquier cuidad para darse cuenta que se ve cada vez menos gente con cigarrillos en la boca. En Argentina, se estima que el consumo cayó un 25% en los últimos años.

Las políticas públicas de prohibición en una gran cantidad de lugares, los altos impuestos que hacen subir los precios y las campañas publicitarias, son los principales causantes de este retroceso.

Sin embargo, nuestro país sigue siendo el de mayor consumo de Sudamérica y el promedio de iniciación con la nicotina sigue bajando: se encuentra actualmente entre los 11 y los 13 años.

En cuanto a las consecuencias, alrededor de 45.000 personas mueren cada año por problemas relacionados con el humo del tabaco, 6.000 de las cuales son consideradas “fumadores pasivos”. El número de fallecimientos totales representa un 14% del total de muertes anuales en Argentina.

Imágenes por: Cortesía