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Energías Renovables en Argentina: un futuro cada vez más cercano

Eólica, solar, biomasa, de hidrógeno y undimotriz son algunas de las energías renovables limpias que se están desarrollando en el país

Con un perfil bastante bajo — ya sea por decisión propia o porque algunos intereses están alejados de querer mostrar ese trabajo — científicos y especialistas de diversos rubros vienen trabajando en el país desde hace años en el desarrollo de nuevos tipos de energías renovables.

No sólo se trata de ideas, sino también de varios proyectos que se están comenzando a materializar, aprovechando los beneficios del viento, del sol, del hidrógeno, del mar y de más recursos naturales, de los cuales tenemos de sobra y hasta ahora no aprovechábamos de forma correspondiente.

En el mes de agosto, por ejemplo, el 24% de la energía generada en el país provino de fuentes renovables. De todas formas, el promedio anual es del 10% mensual. Actualmente, el 85% de la energía que consumimos viene de combustibles fósiles.

En este contexto, Argentina presentará en la Cumbre Climática de Glasgow del mes que viene un compromiso para alcanzar el 30% de uso de energías renovables en 2030. Recursos para lograr la meta, hay de sobra: sol en el norte, vientos en la Patagonia, biomasa en los cultivos, una gran industria forestal, toneladas de residuos urbanos, kilómetros y kilómetros de mar y más.

A continuación, algunas de las fuentes alternativas de energías renovables en las que Argentina está trabajando:

Energía eólica:

Industrias Metalúrgicas Pescarmona Sociedad Anónima, empresa más conocida por su sigla IMPSA, es una empresa de mayoría estatal (63% de Nación y 21% de la provincia de Mendoza) que genera energía proveniente del viento en la región de Cuyo.

La compañía patentó una plataforma para construir aerogeneradores de alta potencia, llegando a acuerdos comerciales con más de 100 pymes. Los generadores son adaptables a los vientos fuertes y extremos de la Patagonia, y también a los calmos del centro y norte argentino.

El director de Tecnología de la empresa Juan Carlos Cacciavillani asegura que el 70% de los componentes de los equipos son argentinos, y que se espera que el porcentaje llegue al 90%.

Energía solar:

La energía que proviene del sol es la que mayor potencia genera en la Tierra. Sin embargo, sólo una pequeña “porción” puede ser aprovechada para la vida humana.

La Asociación Internacional para la Investigación sobre Energía Solar asegura que “en un solo día, la luz que llega a la Tierra produce energía suficiente para satisfacer la demanda energética mundial durante varios años”. No obstante, es importante aclarar que la energía solar térmica es la que crea calor para, por ejemplo, conseguir calentar el agua hasta los 80ºC; la energía solar fotovoltaica, por su parte, convierte la energía que llega desde la estrella en electricidad a través de paneles fotovoltaicos.

Al norte de Argentina hay altos niveles de radiación solar y por eso a fines de 2020 se inauguró en la provincia de Jujuy el Parque Solar Cauchari, con 300 Mw de potencia. Es uno de los más grandes del continente.

Además, el INTI tiene una Plataforma Solar Térmica para asesorar a fabricantes nacionales de termotanques.

Se trata, sin dudas, de una de las energías renovables que más se está empezando a usar.

Biomasa:

La categoría biomasa incluye la combustión de leña y las plantas térmicas que generan electricidad, entre otras. El combustible que usa son los residuos forestales, agrícolas, ganaderos, el biogás de los residuos sólidos urbanos y también los biocombustibles.

Martín Rearte, jefe de Energías Renovables NOA en el INTI e integrante de la Red de Tecnologías de Biomasa y Bioenergía Rural, le dijo a Télam al respecto: “al ser un país agroindustrial, tenemos una variada gama de posibilidades de hacer biomasa con derivados de las distintas cosechas: caña de azúcar en Tucumán, maní en Córdoba, algodón en chaco, cáscara de nuez en Catamarca”

Bioléctrica Justo Daract, una empresa de la provincia de San Luis, puso a andar, con asistencia del INTI, una planta de biogás que crea energía eléctrica para sumar al sistema nacional de distribución energética.

Especialistas aseguran que la biomasa tiene como ventaja que demanda inversiones mucho más chicas que otro tipo de tecnologías para su desarrollo.

Hidrógeno:

Muchos ya lo denominan el “combustible del futuro” y Argentina no quiere quedarse atrás en su desarrollo.

De acuerdo a Fabiana Dennari, investigadora del Conicet y docente del Balseiro, “el hidrógeno soluciona varios problemas que tienen hoy las renovables como su intermitencia, y las dificultades para almacenar y transportar la energía que proviene del sol o del viento. Por eso estamos desarrollando catalizadores nanoestructurados que permiten obtener hidrógeno a partir de una mezcla de etanol y agua”.

El hidrogeno, aseguran, podría usarse para el transporte automotor como reemplazante de los combustibles actuales.

Energía undimotriz:

El ingeniero de la UTN Alejandro Haim, basándose en que Argentina tiene una plataforma marítima casi tan extensa como la continental, propone usar la fuerza del mar para crear energía. Para ello, aparecen las alternativas de la energía mareomotriz (marea), la undimotriz (olas), la de las corrientes y la térmica marina. La mareomotriz y la undimotriz son las que más desarrollo internacional vienen acarreando.

La undimotriz, puntualmente, es la que usa la energía que el viento proyecta en las ondas marinas, que es prácticamente constante y se traslada por muchos kilómetros.

Haim y su equipo están trabajando en un prototipo para generar energía undimotriz, el cual es adaptable a las características de las olas de las costas de nuestro país. También presentaron un proyecto para medir velocidad, aceleración, tensión, potencia e intensidad de las corrientes.

Imágenes por: scot webb