Insólito problema en Francia: se produce “demasiado” vino
Como consecuencia de la producción de vino en demasía, se está usando lo destilado para otros fines, como perfumes y combustibles
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Como consecuencia de la producción de vino en demasía, se está usando lo destilado para otros fines, como perfumes y combustibles
Cuando hablamos de países que producen el mejor vino del mundo, históricamente Francia apareció entre los primeros en ser nombrados. Sus productos de renombre son los más atractivos para importar desde otras naciones y son también altamente consumidos por su mercado interno.
Sin embargo, la industria vitivinícola gala está atravesando una situación bastante insólita: se está produciendo demasiado vino y el sector se encuentra agobiado en este contexto.
La sobreproducción es principalmente de variedades tintas. De acuerdo a las últimas investigaciones, los aumentos de precios en los productos de los segmentos medios y bajos son los que están haciendo bajar el consumo, ya que las etiquetas caras se siguen vendiendo normalmente a clientes de mayores ingresos.
Otro motivo que llevó a esta crisis, según el Consejo Interprofesional del Vino de Burdeos, es un cambio cultural que los franceses vienen atravesando desde hace años: las ventas de vino en supermercados bajaron un 15% sólo en 2022 y podrían caer un 60% en los próximos diez años. Estos puntos de venta representan la mitad del total de botellas que se venden en el país y el motivo no es tanto inflacionario como de cambio de hábito local: se está dejando de tomar alcohol durante los almuerzos.
Una de las primeras soluciones que pensaron los productores es “limpiar” unas 40.000 hectáreas de vid en Bordelais, en la zona suroeste de Francia. Otros aseguran que la cantidad de hectáreas a eliminar serían unas 10.000.
Para evitar recortar la producción, el gobierno nacional y la Unión Europea aportaron una suma que ronda los 160 millones de euros al sector vitivinícola a cambio de la venta de alrededor de 2,5 millones de hectolitros de vino. Esto representa el 66% del “sobrante” actual.
Pero, ¿para qué Francia compraría semejante cantidad de alcohol? La idea es que, tras el proceso de destilación, ese producto se use para hacer perfumes, desinfectantes y hasta bioetanol.
Imágenes por: Cortesía