Iruya, la “perla salteña” elegida entre las más bellas del mundo
La localidad de Iruya, ubicada a 2.800 metros sobre el nivel del mar, quedó en el Top 50 de la revita Condé Nast Traveler
Menu
La localidad de Iruya, ubicada a 2.800 metros sobre el nivel del mar, quedó en el Top 50 de la revita Condé Nast Traveler
Iruya, el pequeño poblado salteño que aparece prácticamente en el límite con la provincia de Jujuy, tiene más metros sobre el nivel del mar, que habitantes: su elevación es de 2.780 metros, pero allí viven de manera estable entre 1.200 y 1.300 personas.
Y lo que también habita allí es uno de los paisajes más hermosos del norte argentino – con lo que eso significa en una de las zonas más impresionantes del país y el mundo – hecho que le permitió al pueblo aparecer en el ranking de los 50 más bellos del planeta según la prestigiosa revista Condé Nast Traveler.
Más allá de la belleza natural en sí, lo atractivo de Iruya es su cultura, su forma de vida y el don de gente de sus habitantes.
El pueblo parece estar colgado del cielo: está rodeado por dos ríos (Colazulí y Milmahuasi) que se mueven con fuerza durante varios meses del año aún a 3 kilómetros de altura. Sus pocas casas y su tradicional iglesia parecieran estar en el aire. Geográficamente, está a 315 kilómetros de Salta capital, pero sus urbanizaciones más cercanas son jujeñas: Humahuaca está a 73 kilómetros y Purmamarca y Tilcara son otros dos pueblos medianamente accesibles desde allí.
De hecho, la llegada a Iruya es más sencilla desde el lado jujeño: explican los pobladores que la forma más fácil de llegar hasta allá es saliendo desde Humahuaca, hacer 26 kilómetros en dirección norte por la Ruta Nacional 9 y luego tomar la ruta 13 (luego cambia de nombre a 133), que es de ripio, tierra y cornisa. A quienes hagan este trayecto con sus vehículos particulares, les recomiendan que la última parte sea “a ritmo bien tranquilo” y siempre por fuera de la temporada de lluvias.
Entre las opciones de colectivos que llegan hasta allá, la mayoría pasa por Humahuaca, aunque ahora los locales también comenzaron a ofrecer traslados particulares, mostrando en el camino algunos de los paisajes más bonitos del mundo.
Si bien son pocas, ya hay en el pueblo varias alternativas hoteleras para los viajeros interesados.
Imágenes por: Cortesía