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El sector privado pedirá que se exceptúe, en parte, la actividad de la construcción. Se trata de uno de los sectores más dinámicos de la economía rosarina que hoy tiene entre 300 y 400 edificios paralizados.

En contacto con VIVO247, el titular de la empresa Pecam y una de las autoridades de la Cámara Argentina de la Construcción Delegación Rosario, Ricardo Griot, adelantó que están trabajando en un protocolo para llevarle al gobierno provincial.

Griot sostuvo que el mayor peligro de contagio que tiene el sector es el medio de transporte que moviliza a los obreros hasta el obrador. “Debemos impedir que se viaje en colectivo. Después aplicar medidas similares a la que tiene la obra pública, con menos gente y respetando los protocolos. De nada sirve retomar una obra y parar a la semana porque los obreros están contagiados de COVID-19”, explicó.

En Rosario, según las estimaciones del sector, hay entre 300 y 400 edificios que estaban en obras y ahora hace un mes que están parados. “Son perjuicios económicos para las constructoras, pero también para los obreros. El nuestro es uno de los sectores que más moviliza a la economía doméstica”, dijo el titular de Pecam.
Griot reiteró que el pedido de excepción no será de golpe ni para todas las obras, “pero si con la intención de poner de manera lenta y progresiva al sector privado en funciones”, remarcó.

Por el momento, Santa Fe seguirá siendo una de las provincias donde el aislamiento social obligatorio estará entre los más estrictos del país. No por el nivel de contagios, pero si por tratarse de uno de los centros urbanos más grandes de Argentina, donde viven más de 3 millones de personas.