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La larguísima espera terminó y, el pasado domingo 18 de diciembre, Argentina se consagró como ganadora del Mundial del Qatar 2022 y pudo así levantar su tercera Copa del Mundo tras los títulos de 1978 y 1986.

Luego de las lágrimas, los puños apretados y la inolvidable imagen del capitán Lionel Messi levantando el tan añorado trofeo, los jugadores y el cuerpo técnico regresaron al país, desatando una locura masiva por parte de los hinchas que querían ver a sus campeones.

En medio de los frustrados festejos (el ómnibus que transportaba a los campeones no pudo llegar al centro porteño por las complicaciones logísticas), se pudo ver cómo los futbolistas de la “Scaloneta” se pasaban de mano en mano la preciada Copa del Mundo… pero, ¿era ese el trofeo real?

Tanto tiempo ha pasado sin que Argentina se consagre campeona del mundo (desde 1986), que ya nos habíamos “olvidado” de cómo era tener la copa en casa. La realidad indica que lo que se vio por televisión es una réplica casi igual del trofeo que levantó Messi en Lusail.

Se trata de un trofeo creado por la misma empresa que fabrica la oficial, la italiana GDE Bertoni, aunque enchapado en oro. A la vista, son prácticamente iguales. Este galardón se llama “Trofeo del Ganador de la Copa Mundial” y es el que se le entrega a cada selección ganadora del Mundial.

¿Qué pasó con la copa original? Sus fabricantes se la llevaron a Milán para realizarle tareas de mantenimiento y luego la enviarán a Zúrich, más precisamente a la sede de la FIFA.

La Copa del Mundo oficial mide 36,5 centímetros y pesa alrededor de 6 kilos, 5 de los cuales son de oro de 18 kilates. La base está hecha de malaquita.

La réplica que se usó para los festejos ya está instalada en las vitrinas de la Asociación Argentina de Fútbol en Ezeiza junto a todos los demás trofeos obtenidos a lo largo de la historia.