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Desde el año 2009, cuando las temáticas de sustentabilidad y cuidado del medio ambiente a través de procesos diarios aún no eran muy difundidas, un emprendedor argentino decidió crear una empresa de bicicletas eléctricas a la que llamó Emov. Desde esa marca, nació su primer modelo, la ya popular Brina.

Aquel modelo inicial tenía una autonomía de 30 kilómetros y fue la primera e-bike producida al 100% en Argentina, incluso en su motor. Se hace la aclaración ya que, hasta ese momento, Emov se dedicaba a colocarles motores a bicicletas tradiciones.

Al día de hoy hay en el país unas 3.000 Brina dando vueltas. Y no sólo eso: desde hace tres años, incluso con pandemia de por medio, la compañía se expandió más allá de las fronteras y comercializa sus bicicletas eléctricas en Estados Unidos, China, Alemania, Japón, España, México y Suiza.

En declaraciones a iProfesional, Gabriel Muñoz, creador de Emov, cuenta que “en Estados Unidos llegamos a través de Indiegogo, una plataforma de financiamiento colectivo con la cual recaudamos 150.000 dólares”. Para acceder a China, la clave fue la presencia en grandes ferias del mercado realizadas en Shanghai.

Tanto en Estados Unidos como en China, el modelo comercializado es la Brina 2, creada hace ya dos años y con varias mejoras respecto a su antecesora, como una autonomía de 75 kilómetros, fabricación con carbono ultra liviano, luces integradas, geolocalización, display y conexión Bluetooth.

Una buena parte de los insumos para fabricar el modelo actual, proviene de China. Al respecto, Muñoz explica que “compramos en China porque es un país líder en la industria de las bicicletas. Allá durante muchas décadas no se usaban autos y hoy tienen alrededor de 250 millones de bicicletas eléctricas. Es contexto industrial muy propicio para que podamos conseguir todos los insumos necesarios”.

Actualmente, en Argentina, los diferentes modelos que comercializa Emov cuestan entre $280.000 y $900.000.