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Alejado desde hace años de la vida pública luego de su gravísimo accidente de sky en el año 2013 — de hecho, poco se sabe con certeza de su actual estado de salud — el alemán Michael Schumacher, siete veces campeón de Fórmula 1, sigue siendo considerado como uno de los más grandes pilotos de carreras de la historia.

Schumacher compitió en la máxima categoría del automovilismo mundial entre 1988 y 2012 y, para muchos, uno de los años más recordados fue 1998, aunque el campeonato de ese año fue ganado por su gran rival de esa época: el finlandés Mika Häkkinen. Esa temporada, en Bélgica, un choque entre el heptacampeón y David Coulthard lo dejó prácticamente sin chances de quedarse con el título.

Sin embargo, en ese 1998, el alemán logró ganar seis carreras, cuatro de las cuales las consiguió a bordo de uno de los nueve autos que Ferrari puso en pista ese año, el que tenía el chasis número 187. En esa monoplaza, Schumacher corrió en los grandes premios de Canadá, Francia, Gran Bretaña y Monza, y en todos ganó. Por ese motivo, el auto fue apodado “el invencible”.

Ferrari se quedó con ese F300 hasta septiembre de 1999 y luego se lo vendió a un comprador privado, el cual, ahora, 23 años después, decidió subastarlo a través de la casa Sotheby’s.

Esta semana, después de varios días de “postulaciones”, finalmente el auto que piloteó el corredor alemán cambió de dueño. ¿Cuánto pagó el comprador? U$S 6,2 millones.

La casa que vendió el vehículo aclaró que “en sus 23 años de custodia, el chasis 187 ha sido tratado como un espécimen de la historia de la Fórmula Uno mantenido en secreto y preservado en su totalidad”.

Este es el tercer auto manejado por Schumacher por el que más se pagó en una subasta, por detrás del F2002 (U$S 6,7 millones) y el F2001 (U$S 7,5 millones).

El chasis de F1 más caro de la historia sigue siendo el Mercedes W196R que manejó Juan Manuel Fangio en 1954, por el cual, en 2013, se pagaron U$S 29,6 millones.