VIVO247.com

Como no podía ser de otra forma, luego de una vida llena de polémicas y excentricidades, aún después de fallecido, el magnate italiano Silvio Berlusconi sigue generando titulares.

Tras haber abandonado este plano el pasado 12 de junio a los 86 años, el empresario dejó una impresionante fortuna lograda tras sus inversiones en Fininvest, empresa fundada por él mismo en 1978 que es dueña de un 49% de MediaForEurope, del 30% del banco de inversión Mediolanum, del 53% de la editorial Mondadori, de varias compañías de bienes raíces, de un teatro en Milán y del equipo Monza de la primera división de Italia.

En total, se estima que Berlusconi dejó para sus herederos un monto aproximado de U$S 6.800 millones.

Entonces, ¿qué pasará con todo ese dinero? Por ley, una gran parte deberá repartirse entre sus cinco hijos: Marina y Pier Silvio, de su matrimonio con Carla Elvira Lucia Dall’Oglio (1965-1985), y Barbara, Eleonora y Luigi, de su unión con Veronica Lario (1990-2015).

De acuerdo a las leyes italianas, cuando una persona muere y ningún cónyuge está vivo, dos tercios de su patrimonio deben dividirse entre los herederos naturales, es decir, los cinco hijos. El tema pasa por el tercio restante, y aquí arranca la polémica.

En un testamento redactado el año pasado, cuando fue hospitalizado por una infección del tracto urinario, el empresario dejó un mensaje muy cariñoso para sus hijos a modo de despedida: “Mucho amor para todos”. Pero, antes en el texto, explicó que el tercio de la discordia debería dividirse entre sus dos hijos mayores, Marina y Pier Silvio.

Así es que, aparentemente, ellos se quedarán con un 26,5% de Fininvest cada uno, porcentaje que bajará al 15,6% para Barbara, Eleonora y Luigi.

Entonces, los dos hijos mayores sumarán a sus patrimonios U$S 1.900 millones cada uno, mientras que los tres menores tendrán U$S 1.000 millones más cada uno.

Quien se quedaría afuera de la repartición de bienes, parece, es Marta Fascina, la pareja de 33 años que tenía Berlusconi al momento de morir. Se trata de una política que forma parte del parlamento italiano en el partido Forza Italia que propio Silvio había creado. Como no se casaron, legalmente no le correspondería ningún beneficio económico.