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El ministro de Economía de la provincia de Santa Fe, Walter Agosto, puso en duda esta semana el pago de sueldos a los empleados estatales en el mes de mayo. El gobierno aduce que la que la provincia recaudó cuatro mil millones de pesos menos de lo que tenía previsto recaudar.

Parece un argumento débil para una provincia que a excepción de petróleo y minería tiene todo el resto de los recursos primordiales para el funcionamiento de cualquier economía: agro, ganadería, lechería, industria, sistemas financieros etc.

Además de una Legislatura que le aprobó (aún con la oposición sosteniendo que se trata de una mala ley) todas las medidas que el gobierno solicitó para esta emergencia-incluso el permiso para tomar deuda por 39 mil millones de pesos. Más 15 mil millones de pesos que se destinarán de manera excluyente a combatir la pandemia.

Aún con una economía virtualmente paralizada y una recaudación innegablemente a la baja, hay pocos fundamentos para creer que una provincia como Santa Fe no puede sostener el pago de sueldos a los trabajadores a menos de un mes de iniciada la cuarentena.

Las declaraciones de Walter Agosto, se dan solo una semana después de que el gobernador Omar Perotti asegurara que la emisión de una cuasimoneda “es una alternativa que se analiza” ante un potencial escenario de falta de liquidez para hacer frente al pago de salarios e inversiones públicas, ante la caída económica por la pandemia de coronavirus.

En 2001, la provincia de Santa Fe fue una de las pocas provincias que no emitió ninguna cuasimoneda, pero sí aceptaba las de curso nacional. En un contexto con desempleo récord en todo el país y con la principal crisis política, económica y social que debió afrontar Argentina. Sin liquidez, sin trabajo, sin producción y con un Estado fundido.

Un escenario para nada comparado con el actual- que también es de crisis y con lo peor por venir-pero sin instancia dramáticas como las de principio de la década pasada.