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La Municipalidad de Rosario, a través de la Secretaría de Control y Convivencia, reforzó el control preventivo en el espacio público tras el decreto presidencial de aislamiento social, y clausuró este viernes  dos comercios que atendían al público, además de intimar otros locales abiertos y desmontar una feria en la Plaza San Martín.

De acuerdo a la información brindada por la secretaria Carolina Labayru, integrantes de la oficina técnica de la secretaría procedieron a la clausura de un cotillón ubicado en España al 900, luego de que personal de la Policía de Rosario observara la apertura de un negocio en medio de la cuarentena.

Los agentes se presentaron en el lugar y constataron que el local estaba activo. Además, se detectó que la habilitación para funcionar estaba vencida al igual que la prórroga. De esta forma, se fajó el frente del inmueble.

Horas después, en bulevar Rondeau e Irigoyen, se notificó que un local de la cadena Rapipago estaba funcionando, e incluso había unas cinco personas haciendo fila. Les explicaron la disposición vigente y cerraron el espacio, además de colocar la faja de clausura.

Asimismo, se realizaron controles en bares con panadería y se los instó a funcionar sólo con modalidad venta al mostrador, con el debido control de ingreso de personas y envío a domicilio. Por otra parte, se intimó al cierre de una perfumería en Rioja y Corrientes que estaba abierta.

Por otro lado, la Municipalidad tuvo que desmontar una feria que se había instalado en la plaza San Martín, de Dorrego y Santa Fe. También se intervino ante la presencia de jubilados y pensionados en zona bancaria, a quienes se persuadió para que regresen a sus hogares.

Por su parte, la Dirección de Fiscalización de Transporte controló la circulación de taxis y remises en la zona de la Terminal de Ómnibus de Rosario. Asimismo, se ordenó el tránsito en Tucumán y Moreno por un incendio que fue controlado por bomberos zapadores.