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El presidente brasileño Lula Da Silva, Luiz Inácio da Silva, revela el plan “Nueva Industria Brasil” con una inversión de u$s 60.000 millones. El objetivo es potenciar la productividad y competitividad nacional. Con líneas de crédito, recursos no reembolsables y enfoque en la bioeconomía, se busca reposicionar a Brasil en el comercio exterior.

El plan abarca innovación, sostenibilidad, transporte y defensa, con énfasis en la producción local. Este ambicioso proyecto marca un paso crucial hacia el desarrollo económico y la autonomía nacional, según destaca el presidente Lula da Silva y su equipo ministerial.

En el marco del ambicioso proyecto “Nueva Industria Brasil”, el presidente Lula da Silva busca impulsar diversos sectores estratégicos para el desarrollo sostenible del país. El programa contempla una inversión colosal de 300 mil millones de reales hasta el año 2026, abordando no solo la revitalización económica, sino también la transformación ecológica.

Dentro de las metas destacadas, el plan se propone mecanizar el 70 % de los establecimientos de agricultura familiar. Esta medida busca modernizar y aumentar la eficiencia en la producción agrícola, contribuyendo a la seguridad alimentaria del país. Simultáneamente, se prevé incrementar la producción de medicamentos, vacunas y equipos médicos, pasando del 42% actual al 70%, fortaleciendo la capacidad nacional en el ámbito de la salud.

En el ámbito de la movilidad, el programa tiene como objetivo reducir en un 20% el tiempo que las personas dedican a desplazarse de casa al trabajo. Esto se logrará mediante inversiones significativas en infraestructura de transporte y movilidad urbana, mejorando la calidad de vida de los ciudadanos y fomentando un entorno laboral más eficiente.

En consonancia con las tendencias globales de sostenibilidad, el programa abraza la bioeconomía y la transición energética. Se propone ampliar en un 50% la participación de biocombustibles en la matriz energética de transportes, al tiempo que se busca reducir en un 30% las emisiones de carbono de la industria brasileña.

Estas medidas apuntan a posicionar a Brasil como un actor clave en la lucha contra el cambio climático y a promover prácticas más amigables con el medio ambiente.

En el ámbito de la defensa y la tecnología, el plan aspira a alcanzar la autonomía en la producción del 50% de las tecnologías críticas. Esto no solo fortalecerá la soberanía nacional, sino que también impulsará la industria de defensa y tecnológica del país.

Además, se da prioridad al desarrollo de la energía nuclear, sistemas de comunicación avanzados y vehículos autónomos, marcando una visión integral y moderna para el futuro de Brasil.

Por último, el programa destaca la importancia de fortalecer la industria local a través de un reforzamiento en las compras públicas. Establece que el Estado dará preferencia a productos producidos en Brasil, con el objetivo de estimular el empleo, incrementar la renta y potenciar la innovación en el sector industrial brasileño.

Esta estrategia busca no solo revitalizar la economía, sino también consolidar la autosuficiencia y la competitividad en el mercado internacional.