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Lupin, los libros detrás de la exitosa serie de Netflix que acaba de estrenar su segunda temporada

Maurice Leblanc con sus proezas imposibles en el corazón de la burguesía francesa alcanzó la popularidad de un Sherlock Holmes galo y legó casi veinte libros

El éxito de la serie Lupin, con más de 70 millones de espectadores y en pleno estreno de su segunda temporada, reactivó el interés por los libros de Arséne Lupin, el caballero ladrón creado por el escritor francés Maurice Leblanc a principios del siglo XX, que con sus proezas imposibles en el corazón de la burguesía francesa alcanzó la popularidad de un Sherlock Holmes galo y legó casi veinte libros, que fueron más allá de las intenciones de su autor.

El hombre de mil disfraces, Arséne Lupin, el caballero de múltiples identidades, capaz de engañar a todos con su pericia en distintas disciplinas que van desde derecho y medicina a prestidigitador y conocedor de obras de arte , apareció por primera vez en 1904 a propósito de un encargo de Pierre Lafitte, director de la revista “Je sais tout” (Yo sé todo). Bajo el título “El arresto de Arséne Lupin”, Leblanc dio vida al arquetipo de ladrón de guante blanco, su “gentleman cambrioleur” (Caballero ladrón), que creó inspirado en otros dos personajes literarios, Sherlock Holmes y Arthur J. Raffles.

Lo que Leblanc (1864-1941) no imaginaba era que esa primera entrega significaría la punta del iceberg que derivaría en 19 novelas, obras de teatro y más allá de su autoría numerosas adaptaciones posteriores, incluido un film de animación y manga japonés. Si con poco éxito había publicado su primera novela en 1887, el escritor encontraría con Lupin la fama y el reconocimiento de su país ya que en 1908 fue nombrado Caballero de la Legión de Honor y más tarde sumó el mote de Oficial.

Un gran ejemplo de cómo la industria audiovisual puede reatrolimentarse, reponer lecturas y ensanchar generaciones, asimilable a lo que ocurrió con la serie Sherlock Holmes.

A pesar de que hubo varias adaptaciones de sus libros, ninguna de esas versiones alcanzó la fama mundial de la serie producida por la plataforma Netflix, que optó por una relectura contemporánea y muy libre de las novelas ya que el protagonista no es Lupin sino Assane Diop (interpretado por Omar Sy), un devoto del método del personaje literario y un héroe de las minorías en una Francia acechada por el racismo y el nacionalismo extremo. ¿Por qué la fascinación? Aquí el giro de época: el libro “Caballero ladrón” es lo único que Diop heredó de su padre, un trabajador negro injustamente acusado de robo por sus empleadores ricos, que termina suicidándose ante la deshonra de la injuria.

Mientras el personaje literario de Leblanc es un hombre blanco y de cabellos rubios que físicamente pasa desapercibido en su círculo social -la hazaña que inaugura al personaje ocurre en un barco de lujo al mejor estilo un asesino en un cuarto propio-, Assane Diop no sólo es negro sino que también mide dos metros. Pero gracias la perspicacia que le enseñó su maestro literario, el protagonista de la serie usa todo a su favor: entre poderosos busca captar las miradas de todos, mientras que entre los trabajadores pasa desapercibido. Diop exige con clemencia que ni se atrevan a subestimarlo.

Detrás de la una de las series más vistas, según Netflix, el mundo editorial respondió con libros, como sabe hacer. Por un lado el interés captó la atención de los más jóvenes que volvieron a la lectura de la saga recordando la vitalidad que son capaces de ejercer los clásicos cuando son releídos desde las producciones culturales adaptadas del presente; por el otro los derechos de autor caducaron y son libres, por lo que varios sellos tuvieron acceso a la reedición de sus novelas.

La directora editorial de Hachette Romans y Livre de Poche Jeunesse, Cécile Teouanne, declaró a un medio francés en enero de este año que “después del estreno de la serie, ya hemos tenido que relanzar una reedición, de la que ya llevamos diez mil ejemplares”. Un gran ejemplo de cómo la industria audiovisual puede reatrolimentarse, reponer lecturas y ensanchar generaciones, asimilable a lo que ocurrió con la serie Sherlock Holmes, personaje que por cierto entabla una leyenda con Lupin.

Parece que Leblanc le pidió a su autor, Conan Doyle, que lo dejara usar a sus dos emblemáticos personajes pero como éste se negó, el francés alteró las letras y se salió con la suya: Sherlock Holmes lo llamó Herlock Sholmes y a Watson, Matson, una sutileza irónica como la que pueblan las hazañas de Lupin y que le valió la trama del relato final de su libro “Caballero ladrón”, donde detective y ladrón se enfrentan.

Este año en Argentina empezaron a circular reediciones de la mano de Duomo ediciones y Roca Editorial. En el podio está el clásico y el primero de los títulos que dio vida a la leyenda: “Caballero ladrón”, que reúne nueve relatos. Si alguien esperaba encontrarse con una lectura cronológica de la vida del personaje, su creador invirtió el orden como un mago que envuelve y atrapa al mejor estilo de Lupin.

El primer texto comienza con el arresto del ladrón, cuando es descubierto en un barco de lujo por el detective Ganimard, con quien tiene una relación de empatía a pesar de jugar en bandos opuestos. Pero, como él mismo Lupin dice en las páginas de este libro, “Arséne Lupin solo permanece en la cárcel el tiempo que le plazca y ni un minuto más”.

Para Francia, tanto Maurice Leblanc como Lupin, son leyenda que además de libros son punto turístico porque la casa que escritor compró en 1918 en la localidad de Étretat, entre acantilados y costas, tiene el estatus de museo y allí, como una guarida de su escurridizo ladrón, se atesora no sólo el legado de su vida sino también el de su entrañable ladrón de guante blanco.

Imágenes por: Netflix