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Luego de la pandemia, la ciudad de Madrid comenzó a vivir una serie de cambios impulsados, principalmente, por grandes inversores latinoamericanos que, a fuerzas de euros, están modificando hasta hábitos de vida históricamente madrileños.

“Madrid es la nueva Miami”, dice José Manuel Ortega, un ex banquero de inversión y asesor de bienes raíces y banca privada en España en una entrevista con Bloomberg Media. Es que la gran escalada de los gobiernos de izquierda en la región sudamericana llevó a muchos millonarios a llevarse sus remesas a la capital española, lo cual repercutió fuerte en el día a día local. Veamos…

El negocio inmobiliario es uno de los que más influenciado está por la demanda latinoamericana. Hace pocos meses, cuando se pusieron a la venta departamentos de un lujoso edificio de la calle Padilla, más del 50% de ellos fueron adquiridos por compradores mexicanos. Estamos hablando de una obra que cuenta con 25 unidades habitables, algunas de las cuales costaron más de 3 millones de euros.

Inversores mexicanos llevan gastados, desde 2020, más de 700 millones de euros en el sector inmobiliario y de la construcción madrileños.
De los U$S 137.000 millones que se han ido de las cinco economías latinoamericanas más potentes en 2022, Miami es el primer “destino elegido”, pero Madrid escaló muchísimo en el ranking. Esto está haciendo que la capital ibérica comience a vivir ciertos cambios en dos rubros en particular: construcción y gastronomía.

Respecto al primero, el valor de las viviendas subió un 6% sólo en 2022. De hecho, esa suba representa un porcentaje mucho más alto que el de otras grandes urbes europeas. Sin embargo, en esa comparación, Madrid sigue siendo más accesible: con un millón de dólares, se pueden adquirir 106 metros cuadrados construidos en la zona más elegante de la ciudad; con esa misma suma, se llega a 43 metros en Paris y a 70 en Berlín.

En cuanto a la comida, la gran cantidad de latinos instalados en Madrid llevó a una revolución gastronómica. Uno de los grandes cambios radica en los horarios de reservas: históricamente, en Madrid, los comensales solicitaban lugares a partir de las 21 y acostumbraban a largas sobremesas; ahora, sin embargo, muchísima gente pide sus lugares para las 20 y, por la alta demanda, los restauranteros se ven obligados a establecer topes temporales de estadía dentro de sus establecimientos.

Finalmente, las bajísimas tasas de criminalidad en Madrid completan en póker de atracción para los latinos.