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Los días de Maxi López como el delantero prometedor de River (dio su primer golpe de escena con una gran participación contra Boca en 2004), como aquel chico rubio que se casó con la mediática Wanda Nara y que luego vivió varios escándalos respecto a ese tema después del divorcio, parecen haber terminado.

Ahora, con 38 años y ya retirado (su última temporada como profesional fue la 2020/2021 en el SS Sambenedettese de la tercera división de Italia), el rubro que lo “adoptó” fue el del mundo empresarial deportivo. Y su entrada fue a lo grande…

En las últimas semanas se lo pudo ver a Maxi López en las gradas del estadio de Birmingham FC, un club inglés de una riquísima historia, que sin embargo atraviesa un presente olvidable: juega en la segunda división y este año no estuvo muy lejos de bajar a la tercera, terminando 20º de 24, y a 10 puntos del descenso.

Actualmente, Birmingham es propiedad de Birmingham Sports Holdings Limited, que tiene como principal accionista al multimillonario chino Paul Suen. Las malas campañas del equipo hicieron que Suen pierda unos cuantos millones, motivo por el cual quiere desprenderse de la institución por la módica suma de 50 millones de euros.

Y esa es justamente la cifra que abonarán López y el empresario Christian Codoma para apropiarse del club fundado en 1875, que tiene en sus vitrinas dos Copas de la Liga, las de 1962-1963 y 2010-2011.

Codoma, además de formar parte de este proyecto, ya era dueño de Maxco Capital en Londres y director de Global Stars Management en Hong Kong.

Maxi López, luego de su estruendoso debut en River, jugó en Barcelona, Mallorca, FC Moscú, Gremio, Catania, Milan, Sampdoria, Chievo Verona, Torino, Udinese, Vasco da Gama, Crotone y Sambenedettese. Si bien su éxito deportivo fue muy reducido, sus arcas sí se alimentaron lo suficiente como para convertirse en el segundo argentino propietario de un club a nivel mundial; el otro es el popular Christian Bragarnik, dueño de Elche de España.

A lo largo de su historia, Birmingham FC tuvo a tres jugadores argentinos, los tres muy reconocidos en nuestro país: Alberto Tarantini (1978-1979), Luciano Figueroa (2003) y Mauro Zárate (2008).