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No hacían falta datos estadísticos, pero grafican una realidad que los argentinos atraviesan en los últimos tiempos y es como mes a mes, cada vez tiene menos valor el peso. Por ende, no resulta algo sorpresiva la noticia que se conoció acerca que la divisa nacional es la segunda a nivel mundial más devaluada con respecto al dólar norteamericano en 2021, solo por detrás de la lira turca. Entonces, más de uno se puede preguntar, ¿mi plata no vale?

Un informe realizado por Bloomberg precisó que la moneda de Turquía tuvo una pérdida de 94,5 por ciento, mientras que el peso argentino se devaluó -14.7 por ciento. En tercer lugar queda el Sol peruano, cuya variación negativa fue de 12.3 por ciento. De esta manera, en Latinoamérica se ubica en el segundo lugar con peor desempeño en este año. Lo siguen el peso chileno y el peso colombiano, que registraron una devaluación de 11.1 por ciento y 10.6 por ciento, respectivamente.

Para completar el Top 10 de monedas más devaluadas, en sexto lugar aparece el Won surcoreano (-8,3 por ciento), séptimo está el Yen japonés (7,3 por ciento), mientras que el Zloty polaco (-5,9 por ciento) figura en el octavo lugar, al igual que el dólar australiano (-5,9 por ciento). Novena quedó la Corona sueca (-5,7 por ciento). El cierre del ranking queda entonces para el peso mexicano, moneda que, en lo corrido del año pasado, perdió el 3,27 por ciento de su valor cuando se compara con el dólar estadounidense.

En la vereda completamente opuesta, hay otras monedas que resistieron y perdieron muy poco porcentaje con respecto a la divisa norteamericana. Esas son el dólar taiwanés, el renminbi (o yuan) chino y el dólar de Hong Kong, que fueron las tres que menos se devaluaron en 2021.

Si bien las economías más débiles fueron las más afectadas por la inflación, muchos países de ingresos medios y altos también sufrieron una depreciaron durante los últimos 18 meses. Como agravante, los cierres de fronteras y restricciones de la cadena de suministro además de la volatilidad económica también aportaron a la pérdida de poder adquisitivo de las naciones. Un combo explosivo que el pobre peso argentino no pudo soportar y para colmo de males, en 2022 no se vislumbra una situación diferente. ¿Mi plata no vale? Y, la verdad que poco y nada.