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Uno podría decir que todo el mundo está feliz y agradecido al ver que la peor parte de la pandemia quedó atrás y que, aparentemente, ya se ve luz al final del túnel en la búsqueda de la vuelta a la normalidad. Pero algunas firmas farmacéuticas multinacionales, con Pfizer a la cabeza, no están tan de acuerdo…

El probado resultado positivo de las vacunas difundidas por el mundo, razón principal de la baja en la cantidad de contagiados y fallecidos por Covid, elevó hasta las nubes el valor de las acciones de los fabricantes durante 2020 y 2021.

Sin embargo, para este año, estando una buena parte de la población mundial ya vacunada, las expectativas de ventas de inoculantes son menores. Y los mercados bursátiles, siempre impiadosos, reaccionaron frente a esa situación.

Medios especializados en finanzas aseguraron que Pfizer, uno de los laboratorios más grandes del mundo y una de las empresas que más vacunas produjo en el mundo desde el arranque de la pandemia, se está “desangrando” después de haber anunciado expectativas de ganancias para 2022 bastante menores que las de 2021.

Como muchos analistas esperaban otros pronósticos, las acciones de la empresa cayeron un 6% solamente el día martes 8 de febrero. El precio de cada papel quedó en U$S 50, lo que eliminó U$S 19.000 millones en valor de mercado.

En cuanto a la venta de vacunas, principal generador de dinero de Pfizer en el último trimestre de 2021 (representó el 53% de los ingresos totales de la empresa), el laboratorio anunció que prevé vender por U$S 52.000 millones este año, mientras que las expectativas eran de U$S 58.000.

Pfizer, sin embargo, no fue el único afectado por la situación: las acciones de su socio en la producción de vacunas Bio-N-Tech cayeron un 9%, mientras que las de su principal competidor Moderna bajaron un 7%.

Para tratar de calmar las aguas, Adam Bourla, director general de Pfizer, dijo que el resultado esperado de ganancias para 2022, U$S 100.000 millones, sería un récord en los 173 años de existencia de la marca.