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El Gobierno ha delineado los aumentos en servicios públicos a partir de abril, abarcando gas, electricidad, agua y transporte. Estos incrementos representan un paso en la dirección de ajustar tarifas que se encontraban rezagadas. Sin embargo, se ha optado por concentrar los aumentos principalmente en usuarios de mayores ingresos y sectores comerciales e industriales, intentando limitar el impacto en aquellos de menores recursos.

Gas:

El aumento del precio de Punto de Ingreso al Sistema de Transporte (PIST) del gas natural por redes, programado para mayo, tendrá un impacto significativo en las facturas finales, especialmente para usuarios residenciales de altos ingresos y sectores productivos. Se espera un aumento promedio del 214% en el valor de consumo.

Electricidad:

Los aumentos en electricidad, que ya se aplicaron en febrero, incluyeron incrementos en el precio mayorista, transporte y distribución. En abril, se espera una nueva indexación mensual en base a la inflación, lo que se traducirá en aumentos adicionales. Para usuarios residenciales de altos ingresos, comercios e industrias, se prevé un incremento adicional del 100% en el costo de la electricidad.

Agua:

AySA ha solicitado un aumento del 209% en sus tarifas a partir de abril, afectando a usuarios residenciales y no residenciales por igual. Estos aumentos representarán un porcentaje significativo del salario promedio, especialmente para aquellos en niveles zonales más altos.

Transporte:

A partir de abril, se esperan incrementos en los boletos de trenes y colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), aunque solo para usuarios no registrados en la tarjeta SUBE. Esto reflejará un aumento del 60% en el boleto mínimo de colectivos y del 100% en el primer tramo de trenes para estos usuarios.

En resumen, los próximos aumentos en servicios públicos representan un desafío para los bolsillos de los consumidores, especialmente para aquellos con menores ingresos. El Gobierno busca balancear la necesidad de ajuste tarifario con la protección de los sectores más vulnerables, aunque el impacto económico seguirá siendo significativo para muchos.