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En los ’90, Puma, fue una de las marcas que comandó junto a Adidas la prioridad de clubes y deportistas del mundo a la hora de vestirse, como ejemplo solo podemos nombrar a Diego Maradona. Con el correr del tiempo, la empresa de las tres tiras siguió creciendo a pasos agigantados y apareció en escena estruendosamente Nike, dejando de lado a la enseña del felino a un cómodo tercer o cuarto lugar en preferencias.

Pero en 2020, la marca alemana volvió al ruedo con una jugada fuerte, cuando le arrebató a Nike a una de sus estrellas más importantes en el ámbito futbolístico, nada más y nada menos que al rey del fútbol brasileño Neymar, cerrando un contrato histórico para la empresa. A pesar de esto, por el momento no se puede acercar a los números estruendosos de las otras marcas.

Nike tiene un volumen de ventas de 42.000 millones de dólares, lo sigue Adidas con 20.00 millones mientras que en tercera posición se ubica Puma con apenas 5.200 millones. El contrato que la enseña del felino le paga a Ney es de unos 20 millones de euros anuales, lejos de los 9 millones de euros que cada año desembolsan al ex atleta jamaicano Usain Bolt, hasta ahora la estrella más brillante de su firmamento deportivo..

“Neymar quería inspirarse de los lugares donde creció, por lo que hicimos guiños a referencias a Santos y Sao Vicente en todas las piezas de la colección” indicó Heiko Desens, Director Creativo de Puma, quien apuntó a los nuevos modelos y al “porqué” se inclinó por dichos botines, pensando en las conversaciones que tuvo con el crack brasileño.

“Es la mejor inversión que hemos hecho” consideró el presidente de la empresa alemana Bjorn Gulden. El impacto se ha dejado notar en particular en Francia, donde Puma viste ya al 21 % de los jugadores de primera división, frente al 7 % de hace tres años. Todavía quedan lejos Adidas, que tiene bajo contrato al 45 % de los jugadores, y Nike, el 32 %.