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Tras la picada que culminó con la vida de dos personas en zona sur, desde el Concejo Municipal recuerdan que la ciudad de Rosario tiene aprobada por ordenanza la figura del “picódromo”, que permite la creación de pistas destinadas a carreras de velocidad.

La misma fue sancionada en 2013 por iniciativa de los ediles Roy López Molina, Julia Bonifacio, María Eugenia Schmuck, Miguel Zamarini y Héctor Cavallero tras una serie de hechos similares por picadas en la calle. Y si bien esos hechos en la vía pública advierten que “concluir que si tuviésemos un picódromo legal esto no hubiese ocurrido es falaz”, López Molina consideró que al no implementarlo “se ha perdido permanentemente la oportunidad”.

El legislador planteó que “hay que prevenir y disuadir las picadas trabajando a la par con Fiscalía, porque se trata de la comisión de un delito” y que “es necesario que el municipio intensifique los controles y la política de seguridad vial”.

En declaraciones a los medios, explicó y aclaró: “Hay muchas personas preparadas que permanentemente están buscando dónde correr y de ninguna manera han corrido alguna vez una picada en la calle porque saben el riesgo que eso implica para ellos y para terceros. Otra cosa son los homicidas viales, como el caso que ocurrió la última semana”.

Por eso indicó que la ordenanza 9.072 -la aprobada- “establece la posibilidad de que la Municipalidad promocione áreas determinadas para establecer picódromos legales, que no es público, ni financiado con dinero del Estado, sino privado, donde la Municipalidad designa el marco de condiciones bajo el cual tiene que regir”.

“Es una actividad que cuando se realiza en condiciones de seguridad es legal, es económicamente rentable y muchísimos rosarinos disfrutan, y como no hay lugar en la ciudad se van a otras”, concluyó, y pidió “avanzar para no perder otra oportunidad”, aseveró.