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Qué significa el concepto DEIB y por qué tu empresa lo necesita

DEIB ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda del liderazgo empresarial, pero no todos la priorizan por las mismas razones

Vernā Mayers, reconocida experta y referente global de Diversidad, Equidad, Inclusión y Pertenencia, define el concepto de DEIB (por sus siglas en inglés) con una expresión sencilla (que adaptamos libremente para este artículo): “Diversidad es que te inviten a una fiesta, equidad es que pongan tu canción favorita, inclusión es que bailen contigo y pertenencia es que puedas bailar toda la noche junto al resto como si nadie te estuviera mirando”.

¿En qué punto se encuentra tu organización? ¿Se está sumando talento diverso a la fiesta? ¿Se preocupan porque todos puedan escuchar su canción favorita para saltar a la pista? ¿Todos pueden bailar y desplegar su potencial? DEIB ocupa un lugar cada vez más importante en la agenda del liderazgo empresarial, pero no todos la priorizan por las mismas razones. Las motivaciones por las cuales una empresa avanza sobre su estrategia de diversidad, equidad e inclusión es lo que determina, en mayor medida, su madurez y enfoque en este aspecto.

El nivel más elemental se da cuando lo que busca la organización es meramente cumplir con la normativa vigente o quizás alcanzar algún beneficio reputacional: aquí las iniciativas son impulsadas principalmente por las áreas de Compliance y Relaciones Laborales (RRHH) velando por la no discriminación y el tratamiento con justicia ante los hechos adversos que ocurran. Pero es un accionar más reactivo que preventivo y formativo. Y junto a esto, existe un marcado discurso que se esfuerza por mostrar una empresa lo suficientemente diversa e inclusiva, aunque no necesariamente lo sea en su composición y comportamientos. Una rápida recorrida por su plantilla revelaría altos niveles de homogeneidad de perfiles y pensamiento, conversaciones de talento que no valoran las distintas perspectivas y un sistema de toma de decisiones sumamente sesgado por la afinidad y la aversión al cambio o a lo nuevo, a lo diferente, a lo disruptivo.

Equipos diversos, ambientes inclusivos

Avanzar al siguiente escalón requiere de la construcción intencionada de equipos diversos y, al mismo tiempo, de espacios física y psicológicamente seguros para dar lugar a ambientes inclusivos donde cada persona pueda ser y mostrarse tal cual es. El esfuerzo aquí involucra la incorporación y el desarrollo de personas que forman parte de diferentes grupos demográficos y sociales para complementar las características y singularidades ya existentes; el lanzamiento de campañas de sensibilización para prevenir la discriminación y toda forma de violencia; poner mayor énfasis en comprender y accionar quirúrgicamente sobre la experiencia que están viviendo quienes configuran las dimensiones de talento subrepresentadas en el ámbito laboral (pudiesen ser las mujeres, personas LGBT+, personas con discapacidad, de distinto origen, social, ascendencia étnica, etc.). El despliegue de estas estrategias suele verse reflejado en la creación de roles o incluso de un área específica que se ocupa de la temática DEIB.

El nivel 3 nos habla de una auténtica cultura DEIB. Para alcanzarlo, es necesario transformar el mindset del liderazgo e intervenir sobre sistemas de gestión del capital humano, que son los que impactan positivamente en la cultura y ésta determina la forma en que se lleva adelante el negocio. Aquí se construye un aspiracional y se socializan políticas concretas, se enuncian declaraciones y objetivos específicos (con sus correspondientes métricas, para hacerles un seguimiento, evidenciar su evolución y compartir los avances con toda la organización).

Todos los procesos de gestión de talento están atravesados por la diversidad, la equidad y la inclusión. Se es consciente de qué talento complementario se necesita, cómo y dónde se lo busca, qué preguntas se hacen al entrevistar, cómo y porqué se elige a una u otra persona ante la igualdad de condiciones, qué se dice en el onboarding, quienes necesitan una formación específica, cómo se acuerdan los criterios para las promociones, cómo se cierra la brecha salarial existente, cómo comprometemos, retenemos y desarrollamos, entre tantas otras prácticas que solemos llevar adelante en las organizaciones y que tienen impacto en las personas. La agenda se democratiza, y en este sentido, deja de ser responsabilidad única de un área específica que impulsa, para pasar a ser de cada persona de la organización que contribuye con sus acciones. Y son los líderes del negocio quienes se posicionan como los actores más involucrados y como referentes de esta perspectiva multiplicando con sus comportamientos el proceso de cambio y transformación cultural.

Hacia un modelo genuinamente sostenible

Es posible distinguir un estadío superior, más ambicioso: el de constituir una organización genuinamente sostenible, en la que el enfoque DEIB se convierte en una creencia tan fuerte que define la forma de interpretar y pensar, en todos los niveles, en todas áreas, en toda la cadena de valor. Se vuelve un atributo crucial para alcanzar el propósito y los objetivos de desarrollo social que hacen a una organización de triple impacto positivo. Ya no solo se trata de construir una experiencia significativa para todos los colaboradores, sino que la propuesta de valor de sus productos y servicios se diseña con una perspectiva diversa, la forma de relacionarse con los clientes y usuarios es mucho más accesible e inclusiva, todos los mecanismos de marketing operan bajo el mismo concepto, las buenas prácticas se extienden y se exigen a proveedores y socios estratégicos del negocio. Incluso, hasta se busca contribuir en el diseño de políticas públicas vinculadas a la propia actividad.

Como todo proceso de transformación, es importante contar con una guía metodológica, pero lo más importante es atreverse e iniciar el camino. Con el acompañamiento adecuado y los aprendizajes de las experiencias vividas, es posible construir un propósito, diagnosticar un punto de partida y diseñar líneas de acción para alcanzar los resultados esperados.

¿Qué tan madura está tu organización? ¿Qué acciones está implementando para llevarla al siguiente nivel? ¿Hasta dónde quieren llegar? Es hora de actuar. Es el momento de activar todo el valor de la diversidad y comenzar una nueva Era.

Imágenes por: Cortesía