Menu

Talentos Líquidos: los perfiles versátiles, cada vez más buscados

Empresas, áreas de RRHH y empleados deberían transformar la experiencia laboral pensando en los nuevos talentos líquidos

Los talentos líquidos son los que tienen, entre sus principales características, habilidades de versatilidad, conocimientos amplios en diferentes temas y gran nivel de empatía, que permiten trabajar de forma colaborativa entre diferentes equipos de proyectos o áreas.

Es decir, el concepto de talento líquido se refiere a la capacidad de una persona para adaptarse y aprender rápidamente en un entorno cambiante y dinámico.

Se trata de un concepto crucial en el ámbito corporativo, ya que las organizaciones deben ser cada vez más ágiles y estar en constante evolución para mantenerse competitivas.

Qué son los talentos líquidos

Cuando se habla de talento líquido, hacemos referencia principalmente a 3 competencias:

-la adaptabilidad
-el aprendizaje continuo
-la mentalidad de crecimiento.

Podemos citar a Carol Dweck y su Libro Growth Mindset: “Se refiere a la creencia de que las habilidades y capacidades de una persona pueden desarrollarse y mejorar a través del esfuerzo, la persistencia y el aprendizaje continuo. Se opone a la ‘mentalidad fija’, que sugiere que las habilidades son innatas y no se pueden cambiar significativamente.”

Las personas con talento líquido son capaces de adaptarse a nuevas situaciones, aprender velozmente y esto, les permite desarrollarse de manera exitosa en nuevos roles y contextos.

Cómo promover los talentos líquidos

Para desarrollar el talento líquido, es importante fomentar la curiosidad, la creatividad, la colaboración y proporcionar oportunidades de aprendizaje y desarrollo continuo.

También es importante promover una cultura organizacional que apoye la adaptabilidad y la innovación.

Desde el lado del colaborador, éste no tiene que esperar que le llegue. El concepto de “líquido” hace referencia al agua: fluye, se adapta a distintas superficies y llega a ciertos lugares donde otros elementos no pueden alcanzar.

Este concepto fue planteado por el sociólogo polaco Zygmunt Bauman para referirse a la búsqueda de la identidad personal en un mundo cambiante. Según su planteo, “en la modernidad líquida el único valor que sirve como referente es la necesidad de hacerse con una identidad flexible y versátil, que haga frente a las distintas mutaciones que el sujeto ha de enfrentar a lo largo de su vida.”

Este estado de “flow” es ese instante en que se alcanza un estado mental de inmersión completa, una concentración en una actividad que es intrínsecamente satisfactoria y gratificante.

El formato de trabajo híbrido y especialmente compañías con una cultura de trabajo digital, demanda potenciar sistemas de organización flexibles.

En la sociedad líquida, las empresas pueden y deben adaptar las tareas, objetivos estratégicos y recursos humanos a las necesidades concretas de los proyectos de cada momento. Así, los colaboradores ganan en libertad y autonomía. Son mucho más flexibles, y desempeñan un papel activo fluyendo entre distintos roles.

Otros de los desafíos que nos enfrentamos en la actualidad. Continuamos viendo como ciertas compañías tradicionales, continúan empeñándose en seguir contratando perfiles estáticos enfocados únicamente en “hard skills” y esto claramente no es recomendable.

Los talentos de hoy seguramente queden obsoletos y deben reconvertirse. Así que no se trata solo de reconocer los beneficios del talento líquido, sino de asumir que la digitalización, la movilidad y la readaptación constante, son los ejes del actual mercado laboral.

Qué pueden hacer las empresas

Desde el área de “People” es necesario que las compañías impulsen una estrategia que les permita atraer y desarrollar el talento líquido. Empezando por aggiornar sus modelos de jornada laboral, aceptando que la forma de trabajo estática, con 100% presencialidad y desarrollo de la carrera profesional en la misma empresa durante toda la vida, está quedando obsoleta.

Por otro lado, enfocándose en el bienestar de los colaboradores. Es importante evitar el estrés laboral que termina generando incertidumbre en la compañía.

Es importante poder comunicar que el talento líquido es adaptativo, sabiendo que ante un cambio de estructura o estrategia, los colaboradores tienen que tener la posibilidad de plantear una movilidad interna, recibiendo una formación continua que les puede permitir desempeñar otros tipo de tareas o roles.

Otro tema fundamental es reinventar la experiencia del colaborador dentro de las organizaciones. Generando espacios de conexión, escucha, contención y orientación para fortalecer el vínculo y compromiso con el propósito en el nuevo entorno de trabajo.

El nuevo talento líquido, que lidera el cambio,  ansía experiencias en distintas áreas, países, culturas y personas. Se siente atraído por nuevas oportunidades que le permitan desplegar lo mejor de sí, siendo el aprendizaje un modo de vida en términos profesionales y personales.

Esta variedad de aprendizajes aportan a la gestión del cambio organizacional derribando silos, barreras culturales, paradigmas e impulsando la innovación a partir de la esencia misma del cambio: la persona.

Como lo acabamos de evidenciar, los talentos líquidos son colaboradores claves dentro de las organizaciones, y es necesario que se sientan cómodos para desarrollar su mejor versión.

 

Imágenes por: Cortesía