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Las playas argentinas lucen repletas en este inicio de temporada veraniega 2022, en medio de un incesante aumento de contagios de coronavirus en el país. A partir de esa situación con el furor por el turismo nacional, surge la pregunta sobre cuánto cuesta vacacionar en la costa y qué opciones existen para tener una estadía un poco más gasolera.

Con respecto a los alojamientos, el sitio Zonaprop informó poco antes del inicio de la temporada, que los precios más económicos se encuentran en Villa Gesell, donde el 80 por ciento de los departamentos chicos tiene un costo que varía entre los 3.500 y los 8.500 pesos por día. Detrás aparece Miramar con precios que oscilan entre los 4.500 y los 8.500 pesos la jornada.

Mar del Plata ocupa el tercer lugar del relevamiento realizado por este portal especializado. El 80 por ciento de los departamentos chicos se alquiló en precios que oscilaban entre los 4.500 y 10.000 pesos por día. En Valeria del Mar se encuentran valores entre los 6.500 y los 11.000 pesos, mientras que en Ostende los mismos rondan los 6.500 y 11.500 pesos. Cariló es la localidad con costos más elevados, ya que el 80 por ciento de los inmuebles chicos oscila entre los 12.000 y 25.000 pesos por día.

En lo referido a las casas grandes, el mismo sitio señaló que en Mar del Plata se encuentran precios que oscilan entre los 14.000 y 35.000 pesos por día, siendo nuevamente Villa Gesell el destino con mejores costos: los inmuebles de gran tamaño valen entre los 120.000 y 350.000 pesos por quincena. Por el contrario, Pinamar es el destino con precios más caros en lo que respecta a casas grandes: el 80 por ciento alcanza valores entre los 135.000 y los 650.000 pesos por quincena. Toda una inversión en un turismo nacional que lo necesita como agua en el desierto.

Acerca de lo que cuesta comer en la costa argentina, por un lado está la opción que se presenta siempre como la más cara, hacerlo en uno de los habituales paradores. Por ejemplo, el relevamiento realizado en las principales ciudades balnearias, revela que los precios que se pueden encontrar son: ensaladas entre 1.400 y 1.800 pesos; un sándwich entre 1.300 y 1.600 pesos; el plato de pastas puede estar entre los 1.000 y los 1.250 pesos; el clásico de milanesa con papas fritas puede figurar en los 1.000 pesos; la gaseosa de lata en 250 pesos; el agua en 200 pesos; la cerveza en 600 pesos y el licuado cuesta unos 480 pesos.

Otra opción es comprar comida o bebida dentro de la playa a los vendedores ambulantes. Allí podemos encontrar helados de agua a 200 pesos; el helado en cucurucho a 400 pesos; el tradicional choclo entre los 110 hasta los 200 pesos; un pancho puede estar a 250 pesos; la gaseosa en 150 pesos; el agua en 200 pesos; los churros en 500 pesos; licuados en 350 pesos si es con agua y en 400 pesos con leche. También se puede optar por alguna rotisería, donde alguna ensalada está entre los 180 y 350 pesos, según la cantidad de ingredientes; una tortilla de papas en 420 pesos y cada empanada cuesta 110 pesos promedio.

Para graficar aún más la situación en cuanto a la comida, se precisó que una familia tipo de cuatro personas puede gastar entre 2.500 y 3.000 pesos si consume un combo de gaseosa, papas fritas y hamburguesa. Asimismo, un menú barato por persona puede costar entre los 1.000 y los 1.500 pesos en algunos locales de comida de la zona céntrica. En caso de una opción más abundante, los precios trepan hasta los 2.000 pesos cada uno. En resumen, el turismo nacional es una opción más que valida en esta coyuntura actual por la pandemia, aunque hay que estar atentos para no gastar cifras demasiado abultadas.