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El dicho popular reza que muchas veces la realidad supera a la ficción. Pero, dándolo vuelta un poco, podría decirse que, a veces, la ficción anticipa a la realidad: actualmente, las redes sociales se están mostrando bastante críticas con la nueva película de Netflix Don’t look up (protagonizada por Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence); en su trama, un asteroide destructivo viene directo a la tierra y los gobiernos y empresas, lejos de buscar destruirlo, tratan de sacar ventaja económica de su materia prima.

Del otro lado de la pantalla, en la vida real de cada día, la NASA anunció que en agosto de este año enviará una sonda al asteroide Psyche, el cual estaría formado por una cantidad de metales que tienen un valor mayor al de la economía mundial. La aeronave llegará a la superficie de la roca espacial en 2026.

En una entrevista concedida a Science Daily, Lindy Elkins-Tanton, investigadora que dirige la misión, aseguró que Psyche “formaría parte de la primera generación de núcleos primitivos del sistema solar”.

Respecto a esta misión de investigación, Elkins-Tanton confirmó que “no sabremos nada con seguridad hasta que lleguemos allí”. Básicamente, ella y su equipo deberán tener todo listo para medir algo que aún no saben qué es.

Para tratar de anticiparse a lo que pueden llegar a hallar, la NASA volará hacia Psyche con un magnetómetro, cámaras de imágenes para fotografiar y cartografiar la superficie y espectrómetros (que permitirán determinar por qué material está compuesto el asteroide).

El viaje de la sonda espacial será de 2.400 millones de kilómetros. Nueves meses después del lanzamiento de agosto, Psyche pasará por delante de Marte. Allí, la nave usará la fuerza gravitatoria del planeta rojo para llegar al asteroide, siendo la aproximación final a fines de 2025.

Se cree que el “asteroide multimillonario” es una roca irregular que podría tener un ancho de hasta 280 kilómetros. Podría tener partes blandas como una esponja y otras mucho más espesas y duras.