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En la búsqueda de seguir agregándole ingredientes a lo que desde hace décadas es un verdadero show de destrezas, parece que la NBA hará un cambio histórico, adecuándose a los nuevos desarrollos tecnológicos, y comenzará a usar una pelota que no se infla y que se fabrica con impresoras 3D: la Wilson Airless.

La compañía deportiva que fabrica la pelota con la que actualmente se juega en la liga de básquet más famosa del mundo creó una nueva versión del balón que fue testeado en sus laboratorios y hasta fue probado en el concurso de destrezas del reciente All-Star Game (el Juego de las Estrellas), en ambos casos con resultados positivos.

Técnicamente hablando, la Wilson Airless no está formada por los clásicos trozos de cuero pegados entre sí ni tiene una cámara de aire en su interior. En cambio, está hecha de varias capas de un material sintético realizadas por una impresora 3D. Dichas capas son pequeños hexágonos que le van dando forma a la pelota y que le permiten que pique igual que una tradicional.

Además, este diseño permite que el aire transite libremente a través de esos hexágonos, lo que le permite que mantenga siempre un mismo peso.

En cuanto al agarre que demanda, se le diseñaron las típicas líneas de costuras.

Cuando se termina de producir cada unidad, uno ve una pelota de color blanco. Por eso, el último paso es introducirla en una máquina de teñido que es la que le da un tono negro mate.

Yendo a la práctica, el jugador de Houston Rockets KJ Martin, que participó en el concurso de volcadas del All-Star Game 2023, aseguró que la nueva pelota se comporta igual que la que se usa actualmente y hasta dijo que, en contacto con la mano, “ofrece buenas sensaciones”.

Además de Martin, varios otros jugadores activos de la NBA ya recibieron su ejemplar para comenzar a probarlo.

El objetivo de la marca fabricante, y también de la liga, es que la Wilson Airless se convierta en la pelota oficial de todas las competencias internacionales.